39. La verdad

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—¿Linda, a qué te refieres? Ya hay un culpable...— habló Verónica insegura mirando de reojo a Jug, quien sólo rodó los ojos.
—Es mentira.— exclamé parada frente a toda mi investigación, corrí a mostrarles los reportes de balística que recién habíamos traído de la comisaría. —Verán, hace tiempo encontré esta arma en el trailer de F.P.— saqué la pistola que nos había dado la señora McCoy de la bolsa y la puse sobre la mesa, noté la expresión confundida de Jughead pero me apresuré ante cualquier interrupción —Pero balística reporta una bala de 9mm.— señalé en el reporte y saqué el arma que había tomado de la comisaría de debajo de mi blusa recibiendo unas miradas llenas de asombro. —Está es de 40, la que se adjudicó como el arma homicida.— volví al pizarrón —Sabemos que Hiram Lodge es parte escénica del acto, gracias a Betty y a mi increíble cerebro, decodificar este bebé no fue mucho problema.— tomé la computadora y la puse sobre mis piernas, les mostré la memoria que había tenido en segundo plano por algunas semanas y la inserté en el puerto del equipo.
Todos estaban sentados en el sofá que había frente al pizarrón, observando detenidamente cada detalle de mi investigación. Había nombres de sus familias e incluso, cosas que podían conectarlos a ellos mismos pero le di poca importancia porque sabía que esto era prioridad ahora. Después de un par de clicks, me senté junto a Jughead, quién estaba esperando con una mirada confundida.
Abrí el único archivo que estaba en el dispositivo, nos daba un video en donde se apreciaba a Jason Blossom sentado en una silla y atado a la misma, antes de presionar play, hablé.
—¿Están listos para descubrir la verdad?— recibí como respuesta un par de afirmaciones vagas y dudosas pero por alguna extraña razón yo me sentía segura y emocionada, debía ser por la enorme cantidad de cafeína que había consumido las últimas 48 horas, pues había sido lo único que había ingerido mi organismo.

Archie, Veronica, Betty, Kevin, Jughead y yo, en ese orden estábamos sentados en el sofá, hechos todos un manojo de nervios y ansiedad esperando lo qué tal vez sería el fin de todo aquello que nos ha causado problemas estos últimos meses, el misterio que nos ha quitado el sueño por largas noches por fin sería revelado ante nuestros ojos en el sereno de una noche cálida de primavera.

Pensaba en lo que podría cambiar en mi vida después de este video, me concentre en cada detalle de lo que había sido mi vida hasta el día de hoy, mis arrepentimientos y aventuras, mis errores y mis logros, mis peleas ganadas y perdidas, cada momento que podía apreciar; me tomé un minuto para cerrar los ojos y hacer un recuento de todo aquello que después de un click cambiaría para siempre.
Me concentre en mis amigos, aquellas personas que me acompañaban en este revelador momento y me imaginé en que estarían pensando mientras retrasábamos lo inevitable.
Archie debía pensar en todo lo qué pasó desde que llegó Verónica, Verónica en todo eso que llegó a su vida al pisar este olvidado pueblo que tal vez en su remota existencia le habría pasado en las calles de la gran ciudad, Betty en el pesar que ha traído a su hermana y por consiguiente a su familia, en la pena que por fin acabaría y le abriría paso a la paz y serenidad. Kevin, en los cambios y el peligro que representó este caso para su familia, el empleo de su padre y que por fin podría dormir tranquilamente sabiendo que había un asesino fuera de las calles. Jughead, la reparación que está verdad representaría, le devolvería a su padre y a éste una nueva mentalidad, sabrían que no tienen tiempo que perder y que deben reunir a su familia cuanto antes.

A ojos de todos, este click representaría el cierre de un capítulo y el comienzo de otro. Poco sabíamos y tanto ansiábamos, que estábamos muy equivocados. Esto si era un cierre, pero para el comienzo de algo peor.

Presioné el botón para comenzar la reproducción, era la grabación de una cámara de vigilancia, donde los segundos corrían como si huyeran de algo —aunque de cierta forma lo hacían— y los minutos se tomaban la calma de avanzar sólo un poco más despacio.
Ahí estaba él primogénito de la familia más rica de pueblo, atado a una silla con la desesperación a flor de piel, tanto que se contagiaba, se escuchaban sonidos secos e inconscientes, poco reconocibles. De pronto, la puerta se abrió dejándonos con los ojos como platos, la boca abierta y la respiración cortada; hizo su aparición Clifford Blossom y apenas me di un segundo para divisar el arma que se aferraba a sus manos. Estos intercambiaron algunas palabras que pronto se volvieron gritos, el sonido era de poca calidad y no nos dejaba apreciar el motivo de la discusión, sin embargo lo que vino después nos dejó en shock.
Clifford Blossom levanto el arma a la altura de la sien de Jason, quién se encontraba indefenso y desarmado; el hombre movió su dedo al gatillo, no sin antes remover el seguro, susurró un par de palabras y al final soltó un disparo que acabó con la vida de su propio hijo.

Out of a Mystery || Jughead JonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora