Buenas noticias

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Hoy es jueves, estos días no he ido a la universidad me dijeron que guardase reposo durante una semana, mis compañeros de clase me están pasando los apuntes, no quiero quedarme descolgada o bajar las notas.
Hoy le dan el alta a Rodrigo, con el no he tenido contacto directo, pero si he estado en contacto con su padre, él me ha ido informando de cómo iba, cuando le den el alta se irán directos al aeropuerto, para que ingrese cuanto antes en el centro de Londres.
Raquel y Sara me han contado que Patrícia no para de llorar en clase y que muchos días ha faltado que está súper afectada por la situación de Rodrigo, no me creo sus lagrimas, ella no fue ningún día a visitarlo cuando estaba en el centro de Madrid, no sé qué quiere aparentar delante de la gente, porque ella solo se importa ella.
— Hola. ¿Hay alguien en casa?— Entra blanca gritando desde la entrada.
— No se a donde quieres que valla, ¿Que te pasa?,¿Y esa euforia?—
— Pues que os tengo que informar a Alba y a ti de una súper noticia. ¿No está Alba?—
— No, hoy había quedado para comer con Jorge.—
— Pues entonces tendrás que esperar a que venga para que os dé la noticia.—
— ¿Dame un adelanto, por favor?— Le pongo voz de niña pequeña y cara de no haber roto un plato en mi vida.
— No, no me engañarás con esa cara.—

Ya es media tarde y por fin aparece Alba, parece que cuanto antes quiero que venga más tarda.
— Blanca nos tiene que contar una cosa súper importante, no me ha querido decir nada hasta que tú no vinieses.— Le digo a Alba nada más entrar a casa. — Blanca, Alba ya está aquí, ya nos lo puedes contar.— Le grito para que venga al salón a contarnos.
— Que cotilla eres Alexia, ¿No aguantas las ganas de saber que es, verdad?—
— Venga, no te hagas la interesante.—
— Bueno pues... ¿Os acordáis de la apuesta que hicimos hace unos días?— Nos mira con una sonrisa maliciosa que no me gusta nada.
— Si.—
— Pues la habéis perdido, porque he encontrado trabajo.— Nos dice chillando.
—Espera, espera, ¿Donde y cuando empiezas?
— Pues es en una cafetería en El Barrio la Latina, no está lejos de casa, y además me viene de maravilla porque es solo por las tardes, por lo que me viene genial para compaginarlo con la universidad, no tiene que ver con mi ámbito, pero me viene muy bien sacarme un dinerillo por las tardes, ya me han hecho la entrevista esta tarde y me han dicho que empiece mañana.—
— Me alegro un montón, Blanquita.— Voy a darle un abrazo y de euforia aprieta demasiado.
—¡Ay!—
— Perdón, perdón, no me he acordado.—
— Tranquila, oye pero una cosa, el trato no fue ese, tu nunca has trabajado de camarera, y en el currículum has mentido, el trato fue cuanto tiempo vas a durar, cuando se den cuenta de tu mentira, ojalá y pierda la apuesta y sea mucho lo que dures, pero la apuesta todavía no la tenemos perdida.
— Vale pues la apuesta sigue, ¿La prolongamos un mes más?—
— De acuerdo.—

Prohibido hacer ecoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora