Prohibido hacer eco

La fiesta de la facultad

Estamos en casa arreglándonos Blanca que está en la facultad de ADE también ha sido invitada a la fiesta, yo he decido ponerme un pantalón vaquero negro con un body de encaje y un escote a pico, y un zapato de tacón alto.
—Ale venga llegamos tarde ¿Puedes dejar de mirarte al espejo? vas pibon pibon, verás cuando te vea Rodri.— Me dice Blanca apoyada en el marco de la puerta de mi habitación.
—Calla que me da vergüenza ¿Y tú? qué guapa, ese vestido me lo tienes que dejar algún día.—
—Vale, pero venga vámonos.–
Cogemos los bolsos y las chaquetas, nos despedimos de Alba y salimos de casa, cogemos un taxi que nos lleva hasta el lugar. El sitio la verdad es chulisimo tiene una zona al aire libre y al ser septiembre todavía no hace mucho frío, además es súper grande.
—Este lugar es increíble, Ale esta noche tenemos que disfrutarla al máximo, porque el resto del año vamos a poder tener pocas como esta.—
—¿Acaso tenias alguna duda? Vamos a por una copa ya.— Vamos a la barra a pedir y allí nos encontramos con Maria y Carlos.
— Me voy a buscar a mis compañeros, ahora después nos vemos, cualquier cosa me buscas o me hablas ¿vale?— Me dice Blanca.
—Vale, disfruta.— Me guiña un ojo y se va.
—¿Donde están los demás?— Pregunto echando un vistazo al pub para ver si los veo.
—Pues Andres me dijo que no vendría, ya sabes sigue tocado con Alba y Raquel bueno pues vio al chico este que tanto le gusta de la facultad de medicina y ha salido detrás de él y como bien sabemos todos posiblemente ya no vuelva.—

Empiezo a deprimirme porque estoy con Carlos y María que son mis amigos pero ellos dos son pareja y no me apetece estar en plan sujeta velas, Raquel está perdida y a Blanca tampoco la veo. Por lo que decido darme una vuelta por el pub para ver si veo a más gente de mi facultad o a Rodrigo.

—Ale, pero que guapísima que estás.— Escucho detrás mía y cuando me giro veo que es Patrícia.
—Gracias, tú también.— Le contestó fríamente.
—Ale mira me gustaría hablar contigo, yo sé que tú y yo nunca nos hemos llevado bien, pero es que yo a Rodri le quiero como a un hermano y no me gustaría que nadie le hiciese daño.–
—¿Y porque piensas que yo le haría daño?— Le digo interrumpiéndola, no entiendo ahora está conversación.
—Bueno ya sabes Rodrigo y tú sois muy diferentes, pero es cierto que eso no quiere decir nada, yo solo quiero decirte que te acepto y que no quiero malos royos contigo .—
—¿Como? Perdona pero yo ni necesito ni la quiero tu aceptación para estar con Rodrigo, porque yo estoy con quien quiera.— Me doy la vuelta y me voy, tengo que buscar a Blanca para contarle lo que me acaba pasar.

Por fin encuentro a Blanca le cuento lo que le ha pasado y decidimos olvidarlo, pedirnos un par de chupitos y a bailar. Nos acercamos de nuevo a la barra para pedir otra copa y él camarero del que ya nos hemos hecho amigas nos dice que hay un famoso cantante en el reservado.
—¿Nos colamos en el reservado?— Me dice Blanca, mirándome con cara de pícara.
—Ni loca.—
—Venga, vamos a hacer una locura, total tampoco tenemos nada que perder, y te digo una cosa, esa gente seguro que está aburrida si subimos nosotras ya te digo que se les pasa en un momento el aburrimiento.—