22: Partida.

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Harry maldijo, aún no había logrado constatar con el famoso doctor. El pequeño Derek cada día empeoraba.

Stella estaba más deprimida que nunca. Cada día que pasaba ella perdía un poco más la esperanza.

Harry había tenido la oportunidad de conocer al niño y este había robado su corazón. Había aprendido a quererlo en pocos días. Le había explicado que era el esposo de su hermana. El niño con esfuerzo y lentamente le había preguntado que si el sería su papá , a lo que él había respondido que sí. Desde entonces no había un día en que no fuese a verlo incluso a veces pasaba las noches con él, cundo obligaba a Stella ir a descansar.

Nunca había mirado más de dos veces a un niño, no era que le desagradaran si no que no había sentido el más mínimo interés por ellos. Pero allí estaba tomando la frágil manita del pequeño.

Tal vez no sería un mal padre pensó de repente. Miró el vientre de Stella ¿cómo sería tener un hijo con ella? Un hijo de ambos.

Ella se percató de su mirada y por un momento llegó a pensar que él se había enterado del embarazo. Pero descartó la idea. No tenía cómo saberlo.

Él apartó la mirada, y se centró en el niño.

Ella aún se mostraba distante , aquello le dolía, pero se lo había ganado a pulso. En cuanto al niño había desarrollado una linda amistad. Él era su padre y el pequeño su hijo.

-¿Como estás hoy campeón?

El pequeño no pudo contestar, aquel día estaba agotado. Agotado de los efectos provocado por la enfermedad.

-Te vas a poner bien. Y te llevaré a vivir con nosotros. Ya verás y cuando te recuperes te enseñaré algunos trucos que me enseñó mi abuelo-dijo haciendo referencia , a la técnicas de pintar que le había enseñado su abuelo. Pues Derek le había comentado anteriormente que le gustaba dibujar. Era uno de sus pasatiempos favoritos en el hospital, cuando estaba animado.

Hacia años que Harry no tomaba un pincel en manos.

Stella escuchaba atenta como el hablaba con el pequeño, aunque este no hablaba lo miraba atento. Tan atento como podía.

Harry se estaba portando tan bien con el niño que ella pensó que sería un buen padre, eso le acordaba que aún no le había dicho que estaba embarazada.

¿Como se lo tomaría? Con todo lo que estaba sucediendo había dejado de lado lo que tenía que decirle. Tendría que buscar el momento adecuado. Pero aún no, no en aquellos momentos.

-Se a quedado dormido-escucho a Harry decir después de un largo rato.

-Esta agotado.

-Se pondrá bien.

-No puedo perderlo.

-No lo harás.

-Pero míralo está tan débil, es tan pequeño e indefenso-dijo a la vez que se acercaba al niño.

-Sí, lo es. Pero también es un campeón, y con nuestra ayuda y la de Dios pronto sanará.

-Dios te escuché.

Harry se acerco a ella y la acerco a su cuerpo.

-Se que la situación es difícil, pero debes de pensar un poco en ti. Vamos te llevaré a casa para que comas algo y descanses un poco.

-No-negó rotundamente. No quería dejarlo solo.

-Pasaste la noche aquí, no podrás cuidar del pequeño si enfermas- trato de hacerle entrar en razón.

Un matrimonio de hielo. H. S(1-Serie Magnates Apasionados) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora