Hasta que tu corazón deje de extrañarme (Twilight Fanfic) HQTC #2

Capítulo 29. Antes de la tormenta

Canción: Night Moves - Roosevelt

Renesmee

La lluvia cae a cantaros del cielo. Cierro las ventanas de la pequeña sala y de la nevera tomo un poco de jugo en un vaso de cristal. Al terminar, lo dejo sobre la mesa. Y me siento cerca del fuego de la chimenea. La habitación de hotel parece casi una casita de montaña.

De todas maneras no puedo evitar sentir frío así que busco la manta por la habitación y luego de unos segundos me doy cuenta de que esta tirada en el otro extremo. Me da mucha pereza pararme así que solo cierro los ojos, respiro profundo y trato de atraerla con la mente. La manta se eleva y flota en el aire y en unos segundos ya está en mis manos. Me siento como india y la coloco en mis piernas.

El chirrido de una puerta se abre y luego escucho unas pisadas acercándose.

-¿Practicando? -La voz de Alec llena la estancia.

-Algo así -murmuro. Él se acerca por detrás y me cruza los brazos sobre mis hombros y esconde su boca en mi cuello. No puedo evitar cerrar los ojos y suspirar. Me besa la clavícula suavemente, una y otra vez.

-¿Los chicos no...? -logro decir, pero no me deja terminar ya que en un segundo ya está sentado en el sillón frente mío y está acaparando mi boca. Le devuelvo el beso y me olvido de mis amigos y todo lo demás por unos segundos.

Sus brazos me toman entre los suyos. Mantiene una mano en la parte baja de mi espalda y con la otra mano, recorre mi piel por encima de la blusa. Suspiro levemente. El sigue dando pequeños besos en mi clavícula.

No sé en qué estoy pensando, de repente tengo la mente en blanco. Solo me dejo llevar. Cierro los ojos. Ahora estoy recostada en el sofá. Alec está encima de mí. Nos seguimos besando ahora un poco más lento. -No haré nada que tú no quieras. -Dice cerca de mi oído.

Desabotona los botones de mi blusa, y casi es una tortura china. Se lo que sigue. Segundos después ya no tengo nada puesto, a excepción de mi ropa interior. Gracias al universo me he puesto algo decente. El frio se va. Y mi visión también. Y luego comienzo a sentir los pequeños espasmos.

Siento calor abajo. Y sé que está jugando conmigo. El truco de la vista me la ha aplicado antes pero nunca se ha pasado de la raya. Y sé que estoy dejándolo hacerlo esta vez. Sus toques suaves pasan por mi cuello, mis brazos y retoman su camino hasta mi pecho. Toca por encima de mis pechos. Sus dedos recorren mi estómago y se me escapa un suspiro.

-Eres muy hermosa. -Escucho que dice. Prosigue en mis pechos, besándolos sobre la tela, y luego con su camino de besos recorre mi estómago y luego besa por encima de la tela mi ropa interior, un poco más abajo. Continúa su camino tortuoso hasta mis piernas. Y luego el regreso hasta que llega a mi pecho de nuevo. Luego de un ¨¿puedo?¨ y un pase de mi parte, mis piernas se retuercen mientras siento su miembro. Sé que esta tan necesitado como yo. La tela de mi brasier ya no está cubriendo mi piel. Su boca se concentra en mi pecho izquierdo, succionando levemente mi aureola y dándome pequeños mordiscos, y luego repite el proceso en el derecho.

Nos besamos de nuevo, y ahora pienso si estoy haciendo lo correcto. De alguna manera obtengo una señal. Unos toques en la puerta. Seguidas de una voz que conozco; mi mejor amiga.

-Chicos, vamos a dar una vuelta ¿Van a venir? -escucho que dice desde el pasillo. -Sé que están ahí.

Alec me mira esperando que diga algo. Creo que se da cuenta de que prefiero dejarlo hasta ahí esta vez. -Ya vamos- vocifera. Luego me besa los labios y me brinda una sonrisa. -Cuando estés lista, seguimos ¿Si?

-De acuerdo. -Le sonrío.

Por alguna razón, algo dentro de mí me dice que no es lo correcto, ni tampoco el momento para ello. O quizá solo tengo miedo de entregarme. Alejo el pensamiento. Me visto de nuevo y salimos del hotel.