CAPÍTULO 9

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Newt vio como Minho se alejaba con rapidez. La espalda encorvada y aquellas pisadas fuertes contra el piso le dieron la premisa de su situación: estaba innegablemente molesto y eso no podía ser nada bueno para él.

A sus espaldas, el doctor salió de la cabaña apurado como si estuviera huyendo del mismo diablo y pasó rápido por su lado sin siquiera dirigirle una mirada, alejándose de él. Al parecer no era muy amistoso. Para su desgracia Thomas no lo acompañaba. Él se había quedado dentro, esperando posiblemente que Newt entrará para hacerle mil preguntas.

Estuvo a punto de irse a otra parte y regresar cuando hubiera anochecido, pero estaba preocupando por su amigo y quería saber cómo se encontraba. Tuvo que enfrentar sus miedos y entrar a pesar de que no le apetecía escucharlo.

Como imaginaba, Thomas estaba allí, con sus brazos estirados sobre la cama en una relajada posición. Al verlo entrar, él lentamente cambió su postura sentándose con la espalda encorvada hacia delante y las manos juntas sobre su regazo.

—Se terminaron las evasiones. —dijo él, frotando sus manos. —Habla de una vez y dime qué está pasando contigo y los otros chicos. —Newt suspiró ruidosamente. Debió haberse quedado afuera.

—Lo siento, Thomas. No puedo hablar de ello. Me meteré en graves problemas. Por favor ya no insistas.–

—¿Entonces admites que algo escondes?–

—Te lo ruego, no...–

—No, Newt. Soy yo el que te lo ruega. Necesito que me digas qué está pasando. No importa lo que sea, tienes que decírmelo. Ese tipo... Derek, me levantó del piso como si no pesara nada y luego me lanzó tres metros. Y tus ojos... —sus gestos nerviosos lo puso en evidencia. Thomas estaba aterrado, aterrado de él. Mirándolo como si fuera un monstruo. —Había tanta ira en ellos. Como si jamás te hubieras recuperado de la Llamarada. —Newt sintió algo bloqueando su respiración. Ni siquiera su saliva podía atravesar el orificio en su garganta.

—Yo... no sé de qué estás hablando. —Newt intentó una maniobra arriesgada que rápidamente terminó en fracaso. Thomas se puso de pie como si algo lo hubiera impulsado fuera de la cama y se acercó a él con rapidez, acorralando su cuerpo contra la pared. Pretender no saber del tema no funcionaría con su amigo.

—¡No me mientas! —gritó tan fuerte sobre el sensible oído de Newt que un prolongado zumbido acompañó la acción. Su mano golpeando muy fuerte la madera, tan cerca de su rostro.

La respiración pasó de ser escasa a ser imposible de satisfacer. Las pulsaciones de Newt se dispararon y cada exhalación se volvió más y más seguida. Sus propios instintos se habían activado. No quería lastimar a Thomas, por supuesto que no, pero no podía luchar contra ellos.

Su amigo de repente se alejó asustado. Newt sintió alivio al notar que no temía de él, sino de sí mismo. De su exaltada reacción. Thomas no soportaba la ira. Aquél escalofriante sentimiento le traía horribles recuerdos de Newt y de su padre perdidos bajo los efectos de la Llamarada. No quería tener que ver a nadie con tanto enojo cerca suyo nunca más y convertirse justo él en esa persona que tanto temía, lo ubicaba en una paradoja casi cómica.

—Lo siento.... —Thomas se fregó el rostro con sus manos intentando alejar la ira de su cuerpo y luego respiró profundamente para regular su agitada respiración. —No sé qué pasa conmigo últimamente. —Newt creyó adivinar lo que estaba sucediendo con Thomas además de lo que ocurría entre él y Derek.

—Tú y Brenda... ¿Están saliendo? —lo abordó de repente, la sorpresiva pregunta fue como un balde de agua fría que cayó sobre Thomas, destruyendo todos sus intentos por relajarse.

DIFERENTE (newtmas-minewt)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora