CAPÍTULO 3

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Newt llegó a la habitación que le asignaron y revisó el interior con horrible expresión. De un lado de la habitación había una cama de plaza y media rústica pero resistente. Las sábanas sobre ella estaban tendidas prolijamente, la ropa estaba en sus respectivos cajones y los zapatos debajo de la cama. Del otro, todo era un desastre. La cama destendida, la ropa por el suelo, los zapatos sobre las colchas. Nunca cambias, Minho. Se dijo así mismo.

En una esquina había una pequeña mesa de madera salvaje con sólo su parte superior pulida. Un par de sillas a cada extremo con el nombre de sus respectivos dueños, bueno en realidad sólo la de Minho decía su nombre, la de Aris sólo decía "idiota" tallado en la madera con algo punzante. Newt tenía ganas de reír pero le pareció un poco cruel hacerlo.

Thomas llegó detrás de él, cerrando la puerta de la habitación al entrar. Tenía una expresión interrogante y se le veía agotado pero necesitaba tener aquella conversación con Newt.

—Sé que estás cansado, pero creo que nos debes una explicación. —dijo cruzando los brazos sobre su pecho, sintiendo una fuerte ansiedad regresando a él.

—¿Qué quieres saber? —respondió con tranquilidad Newt, mirándolo aburrido.

—¿Cómo es que estas vivo? —preguntó Thomas como si fuera obvio, había estado esperando con ansias el momento justo para preguntárselo. —No lo entiendo.–

—‎Bueno... —Newt se preparó mentalmente para contar una larga historia. Sus labios se curvaron levemente pensativo, elevando la mirada al cielo. —Creo que es porque soy la persona con la peor suerte o la mejor de todas. —Newt apoyó su espalda contra la pequeña mesa detrás de él. Thomas, lo observó interrogante y Newt suspiró largamente antes de comenzar a hablar. —Cuando me disparaste, tú estabas en el suelo y yo estaba sobre ti y tomaba tu mano con fuerza mientras sostenías el arma sobre mi sien. Pero tú no querías dispararme... por lo que tú mano no mantenía el maldito arma firme sobre mi cabeza. —dejó escapar todo el aire de sus pulmones y continuó hablando. —Al disparar, la bala penetró mi piel, astilló mi cráneo pero nunca tocó mi cerebro. La trayectoria de la bala fue una diagonal. Entró y salió. Me aturdió fuertemente pero no me mató. Al caer te vi correr con los ojos cerrados, alejándote de mí. Nunca volviste a mirar atrás... Yo quería que te giraras, que acabarás conmigo de una vez por todas pero luego vi tus ojos empañados en lágrimas al entrar a la camioneta, Thomas. Vi el dolor que te había causado y me arrepentí de haberte obligado a hacerlo. —Thomas lo observó conmovido, sabía que Newt estaba siendo sincero con él. —Luego llegaron los de CRUEL. Lograron localizarme con el Implante y me llevaron a unas instalaciones subterráneas. Allí estaban juntando nuevos candidatos para continuar experimentando en caso de hallar la cura, unos pocos eran inmunes y otros éramos Cranks a un paso de la locura. A mí y a otros nos dieron el Agente Adormecedor, eso que llaman la Felicidad. Ralentizó los efectos de la enfermedad hasta obtener los resultados de todos los paradigmas. Estaban convencidos de que te entregarías y conseguirían la cura. Sé que jamás lo hiciste y me alegro, no hubiera soportado que te sacaran el cerebro y lo examinaran. Pero al parecer habían logrado reunir la información necesaria para poder sintetizar un suero que revirtió los efectos de la Llamarada. Nos dieron la cura a los enfermos y poco a poco los síntomas fueron desapareciendo, pero la cura está en una fase muy experimental para usarla en toda la población. No es segura. Por eso continuaron con los experimentos, querían lograr revertir los efectos colaterales que la cura producía. Desde entonces, el verdadero infierno comenzó para nosotros. Ellos empezaron a hacernos pruebas de todo tipo para estar seguros de que estábamos sanos y que los efectos secundarios eran manejables y comenzaron a someternos bajo mucho estrés. Nos hacían participar de toda clases de pruebas, la idea era averiguar si existía la posibilidad de recontagio con los que no éramos naturalmente inmunes. Fue un alivio para ellos que pudiéramos soportar el virus con éxito la gran mayoría, aunque existen varios cabos sueltos que impiden ofrecer la cura a la población enferma. Algunos efectos secundarios resultan peores que la misma enfermedad. —Newt tomó aire y cruzó los brazos sobre su pecho antes de continuar. Sabía que no estaba diciendo toda la verdad pero era hasta donde podía contarle. Thomas tendría que conformarse con ello. —En fin, me llevó años ponerme en contacto con ustedes. Tuve que aceptar muchas pruebas voluntariamente para tener una mínima posibilidad de huír. Pero escapar de CRUEL no fue fácil. Y lo que al principio fueron unos cuantos meses, se transformaron en años.... —Thomas lo observaba conmocionado. Esa condenada organización continuaba realizando experimentos clandestinos.

—‎No puedo creer que esos hijos de perra volvieran a torturar a gente con sus malditas pruebas. —se cubrió la cara con ambas manos y echó su cabello hacia atrás. —Si hubiéramos sabido que seguías con vida no hubiera parado hasta encontrarte.–

—‎No te sientas mal, no era tu culpa.–

—‎No, yo de verdad necesito disculparme contigo. No ha habido una sola noche en que no pensara en ese fatídico día. He tenido tantas pesadillas con el sonido de la bala atravesando tu piel y tu cráneo que... Nunca debí haberte disparado pero...–

—‎Por favor, no sigas. —lo interrumpió Newt, él también se sentía responsable de su dolor. —No tienes que disculparte, en todo caso soy yo el que debería pedirte perdón por haberte empujado a hacerlo. —colocó su mano sobre el hombro de Thomas y apretó levemente la zona, trasmitiéndole su pesar. Thomas le devolvió el gesto posando su mano sobre el brazo extendido de Newt. Se miraron largamente con las emociones a flor de piel. No había nada más que decirse. Sus ojos eran lo suficientemente sinceros.

Se quedaron callados un largo rato hasta que Thomas decidió romper el silencio. —Me alegra mucho tenerte de nuevo entre nosotros.–

—Nadie es más feliz que yo. Estoy lejos de las garra de CRUEL y con mis viejos amigos. Creo que no puedo pedir más. —una sincera sonrisa curvó sus labios y Thomas lo imitó. Ni siquiera podía expresar la paz interna que experimentaba.

Thomas jamás entendió esa sensación tan extraña que solía tener en el pecho. Como si hubiera un hueco donde antes ocupaba el sitio un órgano. Supo entonces que, aquel dolor sordo, no era físico, era emocional y estaba lleno de culpas. Volver a ver a Newt lo hizo sentirse aliviado, finalmente el agujero en su corazón había empezado a cerrarse, como si hubiera estado esperando todo el tiempo su regreso.

Se prometió entonces que no volvería a permitir que algo le sucediera a su rubio amigo.

DIFERENTE (newtmas-minewt)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora