Newt llegó junto a Brenda a su habitación. Ella entró primero apresurada con la preocupación haciendo un festín en su rostro, pero al ingresar su expresión se relajó de inmediato. Realmente se alegró de ver a Thomas sentado y consciente en el filo de la cama. Al parecer no había sido más que un golpe. —Thomas... Estás bien, qué alivio. —ella se sentó a su lado masajeando su hombro. —Newt ha llegado agitado y con una cara que pensé que estarías en el suelo agonizando. —Brenda se dirigió a él con mirada incriminadora. Al parecer la había preocupado sin razón. Sin embargo, él no recordaba haber exagerado tanto su reacción, aunque era difícil juzgarse a sí mismo. No podía ver su cara. Y sí, había corrido, pero tampoco había sido una gran distancia como para agitarse.
—Tengo un tajo en la cabeza —señaló su herida —¿En qué estado debo estar para que pienses que es grave? —Thomas pareció algo indignado con Brenda, aunque realmente sus palabras guardaban cierto trasfondo que Newt no terminó de comprender. Cómo si estuviera usando una excusa para recriminarle y a la vez hablara en código con ella.
—No es tan grande. —repuso ella.
—¿No notas que estoy sangrando? —el tono de voz de Thomas aumentó varios decibeles sin quererlo. Había intentando que no fuera tan obvio su malestar pero su casi grito lo evidenció al final.
—Es una pequeña herida. No seas llorón. —Brenda se puso de pie hastiada de su actitud. La hostilidad entre ellos de repente se volvió palpable en el ambiente y Newt sintió como si sobrará en aquella habitación. Tuvo deseos de irse de allí, pero Minho y un chico de cabello negro y largo, recogido con una coleta baja, ingresaron a la habitación. Supuso que era el tal Lukas.
—Bueno, como para variar otra vez tú. Siempre te estás lastimando. —lo reprendió el doctor.–
—¿Qué pasa hoy? ¿Están todos contra mi? —se quejó Thomas. Newt apoyó internamente el comentario. Derek y Brenda parecían haberse complotados para volver su día insoportable.
—Tranquilo, hermano. Cuando vea a ese imbécil le desfiguraré el rostro. —Minho estaba furioso con su amigo y aunque él quiso decir algo en defensa de Derek, creyó que no sería conveniente hacerlo en aquél momento.
—Muy bien ¡Fuera todos! —gritó el Doc. —Manga de inútiles, dejen de estar en el medio. ¡Vamos, vamos! ¡Fuera! —los empujó a cada uno de ellos, sacándolos de la habitación.
—Tranquilo Doc, no me hagas acomodarte las ideas... —lo amenazó Minho intentando sonar serio, pero no logró intimidar a Lukas.
—Si, si... ¡Largo! —los tres caminaron fuera del cuarto y se quedaron en la intemperie esperando a que termine de atender la herida de Thomas.
—Yo vendré luego. —Brenda se despidió rápidamente. Se notaba incomoda, no precisamente con ellos, sino con lo que Newt acababa de presenciar entre ella y su amigo.
—Claro. Pero no olvides que me debes una revancha. —le recordó Minho mientras ella se alejaba.
—Eres un pésimo perdedor. —se quejó la joven entre risas.
Newt y él se quedaron sólos. La atmósfera se tornó rápidamente incómoda para ambos, especialmente para el rubio que sabía muchas cosas que aún no había dicho y la presión terminaría haciéndolo gritar la gran verdad tras la supuesta cura de la Llamarada.
Su amigo lo observó con atención, escudriñando su rostro. Minho podía oler sus nervios, estaba seguro. No literalmente, claro, pero lo notaba. La expresión de Minho de repente se volvió muy dura. Su entrecejo se frunció y las líneas de su frente se hicieron evidentes. Newt sintió una extraña sensación de acorralamiento.
—¿Por qué Derek y Thomas discutieron ? —preguntó él, aunque parecía más una acusación.
—No lo sé, se las traen desde que se conocieron.–
—Thomas no es el tipo de persona que le guarda rencor a nadie. —Minho lo miró como si Newt le ocultarse algo. —Quizás sea tu amigo quién lo provoca. —declaró, como si fuera una verdad absoluta.
Newt, indignado ante semejante suposición, lanzó una exagerada y emulada carcajada. —¡Ja! Escucha, Derek no será el tipo más amable y simpático del mundo pero estoy seguro que ésta vez ha sido Thomas el culpable. —expresó sintiendo la vena de su cuello palpitar. Odiaba las injusticias.
—¿Tengo que recordarte que gracias a él estás aquí? —Minho se oyó como si Newt estuviera en deuda con ellos.
—Sé que es gracias a ustedes el que hoy esté aquí, pero eso no cambian las cosas...–
—Como sea, tal vez Derek no sea apto para vivir entre nosotros. Quizás tenga que irse. Y también su hermana. Especialmente su hermana. —Newt tenía muy claro que Minho y Thomas no tenían una buena impresión de Derek ni de Cora, pero jamás pensó en la posibilidad del destierro de la isla. La idea de repente le revolvió el estómago.
—Ellos no irán a ninguna parte, Minho. Si quieres sacarlos de aquí, me iré con ellos.–
—¿Los prefieres antes que a nosotros? —Minho pareció indignarse ante lo que suponía.
—Son mis amigos, al igual que ustedes.–
—¡Si pero a nosotros nos conoces desde hace mucho tiempo más! —gritó, golpeando su mano contra la pared. Habían arriesgado tanto para rescatarlo y así se lo agradecía.
—¡Y a ellos los necesito para vivir! —se escapó de sus labios sin pensar. No se dio cuenta el desastre que podía ocasionar aquellas palabras hasta que fue demasiado tarde. Newt se silenció rápidamente.
—¿Qué?... ¿De qué hablas? —Minho sintió como si un importante dato hubiera logrado evadir el mutismo obligado que debía mantener Newt con respecto a su relación con los hermanos y la tan extraña cura que había conseguido CRUEL.
—De nada. Olvídalo. —intentó zanjar rápidamente el tema, aunque nada haría borrar esas palabras de la cabeza de Minho.
—Thomas tiene razón. —lo señaló acusadoramente con el dedo. —Algo muy extraño hay entre tú y los hermanitos. —Minho caminó alejándose de él y golpeó su hombro intencionalmente al pasar a su lado.
Newt sintió que recuperaba el alma cuando se fue. Estaba aterrado de que siguiera insistiendo y él ya no pudiera contenerse.
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DIFERENTE (newtmas-minewt)
Fanfic(Si después de leer The death Cure te quedaste con un mal sabor de boca, ésta historia te va a agradar) Aquella mañana un importante mensaje lo obligó a sonreír esperanzado, aunque se había jurado no volver a sentir aquella traicionera sensación, no...