—Si vuelves a robar algo, el castigo será mucho peor, estúpido niño. — lo reprendió el guardia, cerrando las esposas en la barra junto a la ducha y el otro extremo en su muñeca izquierda. —Espero que el agua fría te ayude a recapacitar. —giró el grifo de la ducha y el agua chocó fuerte contra su espalda obligándolo a retorcerse debajo de ella. Newt pensó en cerrarlo, después de todo no estaba demasiado lejos, pero al intentarlo no pudo alcanzarla, su mano lo limitaba. En aquel momento realmente quiso cortarla.
El agua entumeció todos sus músculos con rapidez ralentizando sus movimientos, estaba tan fría que podía jurar que se trataba de un balde de hielo que caía sobre él como una ráfaga de agujas. Newt tiró fuerte de las esposas intentando romperlas, aunque sus movimientos se volvieron torpes, el agua helada parecía irónicamente quemar su piel y paralizar sus articulaciones. —Ni lo intentes, sabes que jamás lograrás librarte de ellas. —recordó el guardia.
—¡Vete a la mierda! —le gritó Newt forcejeando intensamente.
En aquel momento, un sonoro ruido que se escuchó en todo el sitio, obligó a Newt quedarse muy quieto. La explosión parecía haber caído justo sobre sus cabezas. Son ellos, pensó.
Los desaforados gritos de los guardias y su incesante correteo por los pasillos, comenzó a escucharse muy cercanos a ellos. —No te muevas, iré a ver que pasa. —le advirtió el guardia como si tuviera opción de ir a algún sitio.
Newt se observó a sí mismo y sus mejillas se enrojecieron con intensidad a pesar del frío que el resto de su cuerpo experimentaba. Estaba completamente desnudo y sus amigos habían llegado para llevárselo justo en aquel momento tan incómodo.
—¡¿Dónde está?! —escuchó gritar desde su posición. Thomas. Reconoció en su mente, una sonrisa involuntaria se formó en sus labios. —¡¿Dónde está él?! —el grito ésta vez se oyó más contundente, Newt sintió escalofríos y no era debido al agua. Jamás había escuchado a Thomas tan molesto. —¡Dime o voy a dispararte en la maldita cabeza! — No podía imaginar que respondió aquella persona a quien interrogaba su amigo pero supuso que no era lo que esperaba oír porque lo siguiente que oyó le robó el aliento. ¡Pum! ¡Pum! ¡Pum! Tres disparos. Newt se cuestionó si le habría disparado a la misma persona o si habría tenido la sangre fría de asesinar a tres personas diferentes.
—¡En las duchas! —escuchó gritar al guardia que lo había esposado. —¡Está en las duchas!–
Escuchó entonces unos pasos rápidos acercándose a su posición. Las puertas se abrieron de golpe y su amigo apareció detrás de ellas. Los ojos de Thomas no daban crédito a lo que veían. Sus pasos se volvieron lentos mientras se acercaba conmocionado, no podía despegar la vista de Newt. Su largo cabello rubio cayendo sobre sus hombros y su extrema palidez lo tenían sumido en una alucinación imposible. Thomas lo veía como si se tratara de una aparición fantasmal y, de cierto modo, lo era.
Cuando estuvo a pocos centímetros de él, lanzó un lastimoso quejido y se tapó la boca con la palma de su mano. Las lágrimas no tardaron en aparecer. Newt, lo observó intentando encontrar las palabras correctas pero su mente se había quedado en blanco y su pecho subía y bajaba agitadamente, algo había disparado su pulso cardíaco. No sabía si era el hecho de que por fin escaparía de allí o el que Thomas aún empuñara el arma con tanta fuerza –apuntando al piso para tranquilidad de Newt–.
Ni la pistola en su mano, ni el agua cayendo sobre ellos, ni siquiera la desnudez de Newt le impidió correr a abrazarlo. Lo rodeó con fuerza entre sus brazos como si se tratara de una valiosa pieza de arte que debía impedir que robaran. A Newt se le revolvió el estómago con tantas emociones recorriendo su cuerpo, había un calor en su pecho que hacía mucho tiempo no sentía. ¿Esto es felicidad? Se cuestionó. Deseó con todas sus fuerzas poder devolver el abrazo con aquella misma intensidad que Thomas le proporcionaba pero sólo pudo corresponderlo a medias, con su brazo izquierdo esposado no había demasiado que pudiera hacer.
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DIFERENTE (newtmas-minewt)
Fanfic(Si después de leer The death Cure te quedaste con un mal sabor de boca, ésta historia te va a agradar) Aquella mañana un importante mensaje lo obligó a sonreír esperanzado, aunque se había jurado no volver a sentir aquella traicionera sensación, no...