Capítulo 11# - Escape

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Capítulo 11# - Escape

Sam PDV

A penas Ethan se fui detrás de Hanna yo empecé con mi búsqueda. Entre primero a la cocina y no había nadie más que unas cuantas parejas comiéndose mutuamente. Salí al patio trasero y estaban solo los ebrios y los que realmente ya no daban más. Volví a la sala después de indagar en todo el piso de abajo llegué al creer lo que quise evitar desde un principio.

Debe de estar en el piso de arriba.

Subí escalón por escalón esquivando a las parejas que bajaban con una sonrisa embriagadora en el rostro y al llegar al pasadizo, abrí la primera puerta que estaba más cerca a las escaleras. No encontré a nadie ahí así que proseguí a la segunda habitación. Tomé el pestillo y abrí la puerta con la esperanza de encontrar a Megan, pero en vez de eso, me hallé con la silueta de dos personas desnudas en la cama. Cerré la puerta sin que me oyeran y agradeciendo que la chica no tenían similitud alguna con mi mejor amiga . Ya sólo quedaban dos habitaciones y estaba seguro que el resultado no me iba a gustar para nada sabiendo que no me crucé en ningún momento con Aaron ni con Megan.

Caminé hasta la última puerta y deseé con ansias de que hubiese tomado al menos unos vasos para quitarme esa ansiedad que sentía desde que entré a la casa. Intenté calmar todo eso simplemente respirando y cerrando con fuerza los ojos para quitarme de la cabeza esa sensación. Abrí la puerta y para mi suerte sólo encontré una cama tendida y unos peluches encima de ella.

Estaba agradecido y a la vez frustrado de no encontrar a mi amiga, por un lado sabía que no estaba enrrollandose con Aaron en alguna de las habitaciones, y eso me tranquilizaba, pero por otro lado me preocupaba que estuviera en otro lado haciendo exactamente lo mismo.

Cerré la puerta tras de mí y me senté en la cama suspirando con fuerza, dejando salir toda la desesperación que empezaba a tener. Tomé mi móvil para llamar a Hanna del número de Ethan esperando escuchar una suave voz pero lastimosamente mi amigo fue el quien contestó.

Colgué la llamada cuando les dije que subieran a la habitación de la hermanita y después de unos minutos aparecieron tras la puerta.

— ¡Que cómoda cama! — Gritó Hanna después de tirarse en ella de un gran salto. —Sam, no lo podrás creer, entramos a una habitación y vimos un trasero muy blanco!—

— Sí te creo, lo vi antes de entrar.— dije riendo de su forma tan emocionada al contarlo.

— Creo que era el trasero de Aaron — predijo mi amigo mientras paseaba su mirada al rededor del cuarto.

— La chica que vi con él definitivamente no era Megan, su cabello era mucho más claro.—aseguré .

—Mierda Sam, ¿te quedaste mirando para asegurarte de que era Megan?

— Fue un vistazo rápido, tampoco creas que me acerqué para saber con exactitud quienes eran.

— Ah bueno, por lo bueno pudiste ver más a la chica, nosotros nos encontramos con el culo de la persona que más detesto en este planeta. Estoy muy seguro de que voy a tener bastantes traumas psicologícos post-imágenes traumantes por el resto de mi vida.— Concluyó mi amigo mientras se acercaba lentamente a la ventana contemblando la hermosa vista del gran patio que nos rodeaba.

Hanna rió y giró su cabeza, que había estado tapada por la almohada, para poder verme. Sus ojos estaban más brillantes de lo normal y la suave luz que la ventana irradiaba tenuemente sobre su rostro. El poco maquillaje que se había colocado ya había desaparecido por completo y su peinado de media cola tenía varios mechones salidos que caían hasta un poco más abajo de su hombro. Ella no dejaba de mirarme como si quisiera decirme algo pero a la vez sentía que era mejor guardarlo. Lo sé, porque yo sentía exactamente lo mismo.

AMIGOS DE LA INFANCIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora