Capitulo 23# - Deseos Indebidos
Sam's POV
Estaba esperando sentado en la camilla del consultorio de mi tío Frank mientras que mi mamá, acompañada de Kate, hablaba con él contándole sin resumir acerca de mi incidente. La habitación era acogedora y sencilla; una camilla para el paciente, un escritorio con papeles, estantes con varios libros, un computador y otro estante con medicamentos e instrumentos en el que Hanna se encontraba curioseando.
Probablemente mi mamá ahora se hallaba hablando sobre la vida con su hermano tomándose un café caliente, suele olvidarse que la están esperando cuando conversa con su familia. Pero eso no me molestaba en estos momentos ya que por lo menos tenía compañía.
—Tienes suerte de tener un tío médico. — Comentó Hanna al mismo tiempo que se colgaba el estetoscopio en el cuello.
—Sí, mi mamá espera a que yo sea lo mismo.
—¿Y tú quieres eso?— me preguntó abriendo un cajón y sacando unos guantes blancos.
—Para ser honesto no tengo la menor idea de qué hacer con mi vida cuando salga del Insti.— confesé viendo como Hanna se ponía los guantes en cada mano.
—Aún tienes tiempo. — Hanna agarró una bata blanca que colgaba sobre su perchero y se la puso con dificultad. — ¿Está listo para la consulta señor Thomson?—Preguntó mirándome ceñuda.
—Hanna, deja eso antes de que entren y te vean— le murmuré sin poder evitar soltar una risa.
—¿Dónde es que dice que le duele señor?.— Interpretó Hanna acercándose a mí lentamente.
—Aquí— le señalé debajo de mi pecho.
Hanna puso su mano sobre mis costillas y me ordenó que respirara profundamente.
—Duele. — indiqué agarrando de su hombro como apoyo y cerrando los ojos con fuerza.
—No creo que la tengas rota— me dijo tratando de animarme y disimulando la lástima que sentía.—Estarías casi sin poder andar ¿Te duele cada vez que respiras?
—Sólo si lo hago profundamente. —respondí sintiendo como el dolor disminuía.
— Vamos a oír tu ritmo cardíaco— propuso pareciendo segura de lo que hacía.
Puso la campana del estetoscopio sobre mi pecho escuchando con atención. Posó sus ojos sobre los míos mientras seguía escuchando mi corazón y me sonrió con dulzura.
—Tu ritmo cardíaco aumentó— susurró sin dejar de mirarme.
—¿Ah?—pregunté distraídamente viendo de donde provenían sus palabras.
—Que tu corazón se aceleró— se explicó con la misma tonalidad de antes pero esta vez mirando mis labios.
Dios, cuanto quiero besarla.
Retiró la campana de mi pecho y se volteó para volver a meterla en el cajón, colgó de nuevo bata y tiró los guantes donde los había encontrado. Me quedé con el desasosiego, pero me resistí en no jalarla hacia mí de nuevo.
La puerta del consultorio se abrió de repente y ambos volteamos a mirar para encontrarnos con mi hermana con una cara de aburrimiento.
—Hola Katie— Hanna se agachó le extendió los brazos para recibir a mi hermana con gran abrazo.
¿Cómo hacen mis amigos para caerle bien a mi hermana? Yo demoré años.
Kate dejó de abrazar a Hanna para luego subirse a la camilla conmigo. Alzó mi chaleco y la camisa que traía debajo para dejar en vista mi abdomen. Puso su mano sobre él y frunció el ceño confundida.
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AMIGOS DE LA INFANCIA
Novela JuvenilEnamorarte puede llegar a ser lo más maravilloso como lo más complicado que te puede pasar, y mucho más si es por alguien con quien viviste gran parte de tu niñez.