Capítulo 13# - Ya es costumbre

27 3 0
                                    


Capítulo 13# - Ya es costumbre


Cumpliendo su palabra, Hanna salió pronto del baño con el cabello húmedo y con una nueva expresión, la ducha la había refrescado por completo. Una hora más tarde nos encontrábamos los cinco en la sandwicheria más conocida de Fortier. Kate se encontraba subiendo, trepando, arrastrándose y deslizándose en los juegos que el local tenía detrás. Me había pedido una hamburguesa mediana y cuando llegó a nuestra mesa me di cuenta que era hasta el doble de tamaño de lo que esperaba, así que la guardé para más tarde. Mientras Ethan se comía las papas fritas de Megan, noté que en ella ya no se mostraba la sonrisa forzada que tenía hace un rato, ahora la remplazaba con una más relajada y tierna. Hanna no tenía apetito, pero por el hecho de que le gusta comer se pidió sólo papas fritas. Ahora estaba arrecostada contra el respaldar de la silla mientras miraba el techo con cierta molestia.

—¿Cómo es que tú no estás así?— le preguntó a Ethan después de bajar la cabeza y notar que era la única con que se sentía fatal.

—Sam no me dejó tomar— confesó Ethan con cierto disgusto en su tono de voz.—Lo hice, pero sólo una cerveza.

—No debí hacerlo— renegó Hanna frunciendo los labios y negando con la cabeza.—siento que voy a vomitar en cualquier momento.

—Te agradecería que no lo hagas encima de la comida, hay un baño por allá— dijo Ethan señalando al fondo del local.

Le pisé fuertemente el pie y el gruñó antes de mirarme con enojo.

—Terminamos las hamburguesas y vamos a la farmacia, mi mamá trabaja allí, ella podría atenderte, tiene una consulta detrás.— sugirió Megan acariciando la mano de Hanna.

—Gracias, Megan. Te debo una.— murmuró Hanna sonriéndole con mucho esfuerzo.

***

El lunes no fue nada comparado al martes en el colegio. Cuando estaba entrando a clase agradecí de por fin no llegar tarde. La gente en los pasillos se movía de un lado al otro y el bullicio se oía más fuerte de lo que esperaba. Recogí unos cuadernos de mi casillero y cuando lo cerré de golpe el Director Vega estaba ahí de pie. Me miro severo y yo, después del susto que me dio, trate de actuar lo más prudente ante él.

—Señor Thomson, me alegro verlo hoy día.— Dijo el director de formalmente. Me brindó una sonrisa, no muy amistosa, y antes de que pudiese responder volvió a tomar la palabra— Veo que hoy día va a ir de frente a sus clases ¿no es así?

Giré los ojos en mis adentros por la gran indirecta que me dio y con cierto enojo le respondí.

—Sí, nada de distracciones esta vez.

Joder, donde está Ethan cuando lo necesito.

El Director Vega asintió con el ceño fruncido y habló de nuevo—¿Está diciendo que mi hija es una distracción?

Me quedé sin palabras por un segundo pero luego dije lo primero que se me vino en la cabeza —No, no. Por supuesto que no lo es. Sólo digo que lo que ella hace es una distracción. No me refiero a que haga nada malo, porque le aseguro que no es así...

Cada vez que hablaba la arruinaba más y más así que permanecí en silencio hasta que la mirada fulminante que tenía el Director se desvaneció.

Ethan pasó frente a nosotros y creí que me iba a ayudar a escaparme de las charlas parentales del Vega pero lo único que hizo fue cubrirse la cara con unos cuadernos, escondiéndose de él de la manera más absurda. El director Vega al verlo lo llamó por su apellido y mi amigo se detuvo vacilante. Luego dio media vuelta y se dirigió hacia nosotros con su típico rostro que utiliza cuando dice mierda, mierda, mierda... mentalmente.

AMIGOS DE LA INFANCIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora