Capítulo 16# - ¿Cómo enamoro a Ethan?

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Capítulo 16# - ¿Cómo enamoro a Ethan?

Megan's Pov

La habitación quedó en silencio completo. Ninguna habló por un rato, sólo hubo intercambios de miradas con diferentes muecas en los rostros. No pude evitar ver la expresión de Bárbara, se encontraba con los labios fruncidos, pero no parecía molesta ni celosa, sólo se le veía algo confundida.

—¿Sam te gustaba? —pregunté rompiendo el silencio.

—¿Hace cuanto fue ese "amor"?— preguntó Shannon alzando una ceja.

—Cuando teníamos ocho, creo. — respondió Hanna encogiéndose de hombros.— Éramos solo unos niñitos.— agregó apresuradamente al darse cuenta de haber confesado eso delante de la actual "novia de Sam".

—¿Entonces se conocen desde hace tiempo? No era que se acaban de conocer — interrogó Dania siguiendo con el cuestionario sin fin.

—Fuimos amigos, pero luego me mudé un tiempo y ahora que regresé nos volvimos a juntar— dijo Hanna tan claro que se notaba que eso ya se lo habían preguntado ya varias veces.

—Ya, no le demos tantas vueltas al asunto. Sólo fue un amor de niños.— interrumpió Barbara mientras cambiaba la posición de su cabello de un lado a otro.

Fibby asintió y giró la botella un tanto distraída. Hubo unas cuantas jugadas más antes de que el timbre del horno sonara. Disimulé el alivio que sentía de que la botella nunca cayera en mí, y fui la primera en bajar para sacar los muffins de la cocina.

Las chicas estaban dispersas con las manos y bocas llenas de el delicioso postre que preparamos. El olor a canela y azúcar bañó la cocina con delicia. No pude evitar repetir dos veces hasta que me di cuenta que mi barriga ya estaba muy hinchada por la pizza que habíamos comido antes.

Cuando estaba terminando de comer la mitad del tercer pastelito Barbara se acercó a mí con las cejas levantadas.

—Tómatelo con calma, no querrás salir rodando de mi casa.

Reí al mismo tiempo que terminaba de comer el último pedazo que quedaba. Me limpié las manos con la servilleta que ella me extendió y le agradecí cuando mi boca ya estaba vacía.

—Ese fue el último... por ahora. — Bromeé apoyándome contra la mesa de cocina que ahora estaba llena de migajas. —¿No vas a comer? — pregunté al notar que no la había visto masticar en ningún momento.

—Mañana estaré en la punta de la pirámide. No quiero caer por la poca resistencia de mis chicas.— contestó poniendo los ojos en blanco.

—Ser la capitana de las porristas debe de ser complicado. —pensé en voz alta.

—Y que lo digas. — reconoció Barbara exhalando exageradamente. — Y Megan, la botella nunca dio en ti. ¿La embrujaste o algo? — comentó Barbara con una sonrisa.

—Creo que es un don. — respondí con gracia.

—Bueno, pero la regla de esta pijamada es que nadie puede salir de mi casa hasta que participe en todas las actividades.

Entonces come un puto muffin y no me hagas sentir mal por haberme tragado tantos.

Reí pensando que bromeaba, pero a notar que su rostro permanecía expectativo no tuve más remedio que asentir con la cabeza indicando que me hiciera la pregunta.

—¿Verdad o Reto?

Vacilé un segundo antes de contestar. Sabía que si decía verdad me preguntaría algo acerca de Aaron y para ser honesta lo único que quiero saber de él es cuándo lo expulsarán, bueno no tanto, puede que sí siga sintiendo algo, pero definitivamente ya no es como antes. Solía creer que él era mi príncipe azul pero ahora es más el dragón que rodea el castillo.

AMIGOS DE LA INFANCIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora