Capítulo 27# - Desencubriendo

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Capítulo 27# - Desencubriendo 

Sam's POV

—¡Lo lograste!— me animó Hanna dándome la mitad del torta que se estaba comiendo.—Felicidades, le has ganado a Usain Bolt.

—Gracias, por traer mi maleta y donarme tu pastelito mordisqueado. — le agradecí sacudiendo mi pantalón por las migas de postre.

—Cuando quieras. Estoy algo emocionada, siento que vamos a llegar y todo va a ser exactamente como me lo imaginaba, el muelle de madera que se une con el lago, la noche estrellada junto a la fogata... Será genial.—terminó con un suspiro.

—Sí, a eso me refería. Ethan ha estado diciendo que soy un obsesionado con eso pero ¡ah! seamos honestos, no soy el único que quiere pasar la noche chocando dos rocas para encender una fogata.

Hanna no respondió, pero supuse que eso significaba un "Por supuesto", claro omitiendo la parte en que negó con la cabeza.

El viaje al campamento fue más largo como esperaba, hubo momentos en los que deseé no haberle cambiado la mochila a mi hermana para poder usar a su oso de peluche como almohada. Era un viaje de tan solo dos horas, pero es normal en mí sentirme el doble de cansado cuando estoy en algún vehículo. El ruido de los alumnos había cesado gracias al gran discurso de la profesora, que en resumen fue amenazarnos con regresar al Insti con papeletas.

Tuvimos que hacer dos paradas, una por que el autobús de al frente se había quedado sin batería y otra porque a Danielle le dieron náuseas y vomitó en los arbustos, dándonos una hora más de retraso. Cuando por fin renovamos el viaje la profesora fue amable en darnos a todos un pedazo de pizza que había comprado ayer en la noche, estaba fría pero la intensión es lo que cuenta.

Una media hora después el cartel de El lago Wester se topó con nosotros creando nuevamente un bullicio en el autobús. La profesora en vez de callarnos se nos unió y hasta creo que el conductor subió el volumen de la música para hacer ambiente. Hacía bastante calor y el sol alumbraba con fuerza mostrándonos un paisaje que me hizo pensar que una cámara en esos momentos hubiera sido asombroso.

Tuvimos que cruzar una pista de tierra y piedras que nos daban constantes saltos fuera de nuestros asientos. Me empezaba a dar sed y justo ahí me di cuenta que no había traído nada de lo que realmente necesitaba para el campamento. El conductor se estacionó junto al otro autobús y a pesar que la maestra nos organizaba y ordenaba todos sabíamos que apenas tocáramos tierra nuestra aventura iba a empezar, o eso fue lo que creímos.

—Bienvenidos sean todos al Lago Wester, lugar donde la diversión abunda. —Presentó el jefe del campamento cuando todos ya habíamos bajado.

A primera vista creí que había sido el ayudante de su costado quien habló, pero esa voz tan grave no podría ser de nadie más que de ese barbudo. Su vello facial cubría su boca lo que hacía difícil saber si realmente estaba hablando él. Daba miedo con solo verlo, es esa clase de personas que sabes que no te puedes meter si no quieres terminar "accidentalmente" descuartizado en la cajuela de su auto. Sus músculos eran bien marcados y su manga cero no ayudaba a esconderlos. Lo único que lo hacía menos escalofriante era su gorro que traía un castor de caricatura como diseño.

—Vengo aquí desde los ocho y nunca se toman la molestia de cambiar ese estúpido slogan. —me comentó Ethan con los brazos cruzados. —Aparte ¿qué onda con ese señor? Me da miedo, siento que dentro de su cabaña está toda la ropa de los niños muertos que lanza al lago.— me susurró sin dejar de mirar el jefe quien dijo haberse llamado Chop.

AMIGOS DE LA INFANCIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora