Capítulo 17# - Lluvia de golpes
Sam POV
—Dios mío Ethan, párate de una vez. Tú sabías perfectamente cuales eran las consecuencias. —Le repitió el profesor de historia por cuarta vez, se notaba en su tono que realmente tenía muchas cosas mejores que hacer que el estar escuchando las quejas de un alumno que nunca presta atención en clase.
—Lo sé, porfesor y lo entiendo— dijo Ethan asintiendo, pero sin dejar su opinión a un lado— pero ¡Por favor! ni siquiera estaba copiando algo de su curso.
—Pero su intención era esa. Además, sabe que no debe de usar teléfonos inteligentes en horarios de clase.
—Celulares.— lo corregí nuevamente recibiendo otra mirada fulminante del profesor.
—De acuerdo, no lo volveré a hacer. —Insistió Ethan levantando la mano como si lo estuviera jurando ante la corte. —Lo prometo.
—Esto te servirá de experiencia en el futuro. Te estoy haciendo un favor. Puede que me lo agradezcas unos años después— contestó el profesor mientras se acomodaba los lentes y se levantaba de su escritorio recogiendo su maleta de mano con delicadeza. Él era el único profesor que veía con terno en el Insti, hasta en el verano lo usa y nunca le veo ninguna gota de sudor bajando de su nuca.
El profesor nos giró hacia la manija de la puerta y con un gesto de despedida nos invitó a salir antes de él. Ethan pensaba en perseguirlo, pero sus pasos eran muy rápidos dando a entender que no quería perder más tiempo.
—Bueno, no funcionó— dije lo obvio.
—Gracias. No lo había tenido claro. — respondió Ethan con gran sarcasmo.
—Probablemente lo darán en un mes. Tienes mucha suerte, hay veces que no te lo devuelven hasta a finales de año.
—No ayudas—comentó mirando al techo de rabia.
—Esa no era mi intención—aclaré encogiéndome de hombros.
—Sólo quiero saber si Stella me escribió. — susurró negando la cabeza como si se lo estuviera diciendo al profesor.
—Se llamaba Claudia.
—Sólo quiero saber si Claudia me escribió. — Corrigió haciendo la misma expresión de antes.
Caminamos hasta la cafetería a paso rápido y cuando ya estábamos allá traté de ubicar con la mirada ella Hanna o Megan pero a la única que vi fue a Barbara observándome con deseo.
—¿Vas a ir?— me preguntó Ethan agarrando papas de mi bandeja de comida y rotando su mirada entre Barbara y yo.
—¿Debería? —pregunté sin saber si realmente quería.
—No lo sé, si realmente quieres no te preocupes por mí. Por no almorzar un día conmigo no voy a morir de hambre, siempre encuentro a alguien que descuida su comida por algún momento.
—¿Y si vienes conmigo?— le pregunté cuando Barbara hizo un gesto para que me acercara.
Ethan rió por un segundo y cuando vio que no bromeaba quedó perplejo.— ¿Es enserio?
—Sí, no quiero ir solo.
—Por supuesto. — musitó sin dudarlo.
Nos acercamos a la donde estaba Barbara y sus amigos, y extrañamente nos abrieron un espacio y nos trataron bien. Debo de dejar de creer en todo lo que me dicen acerca de las personas.
— Chicos, tengo que anunciar que Sam y yo ya somos novios.— dijo Barbara agarrándome del hombro con suavidad.
Ethan había alzado las cejas pero bostezó falsamente para no parecer sorprendido.
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AMIGOS DE LA INFANCIA
JugendliteraturEnamorarte puede llegar a ser lo más maravilloso como lo más complicado que te puede pasar, y mucho más si es por alguien con quien viviste gran parte de tu niñez.