Capítulo 18# - El insti de noche
Megan's POV
Un viernes en el Insti de noche no suena muy bien que digamos. El trabajo de Ciencias lucía cada vez mejor pero nunca llegando a darme la absoluta satisfacción que quería. Mi grupo era conformado por Shannon, que lucía como si quisiese dar un puñetazo a cualquiera en cualquier momento, Fred, que lo único que hacía era ver y escribir en una libreta que no tenía nada que ver con el curso, y Fibby, que logró trabajar conmigo hasta el final con un poco de presión. Ya eran las seis de la tarde y estaba oscureciendo así que Fibby y yo les dijimos a Shannon y a Fred que se podían ir si querían, lo cual hicieron casi huyendo.
Cuando el trabajo ya estaba dado por terminado, di la idea de meterlo en el armario del conserje Tom.
—Ese es el armario del conserje—me recordó Fibby haciendo una mueca de asco.— ¿De verdad quieres meter el trabajo donde la mayoría de estudiantes se besuquean? Incluyéndome.
—Es más seguro allí, no es una maqueta pequeña es casi de 3 pies. Además, si lo dejamos allí hasta el día de la presentación nadie se lo robará.
—No creo que alguien quiera robar un trabajo. — Murmuró Fibby mientras se colgaba su bolso en el hombro. —Además, me quiero ir antes de que empiece mi novela.
Tardé más tiempo en convencerla en que me ayudé a llevar el trabajo que en dejarlo en el cuarto del conserje. Era más ligero de lo que esperaba, pero igual mis brazos ya empezaban a cansarse. Cuando por fin cruzamos el estacionamiento y dejamos el trabajo en el armario mi estrés, por el cuidado de este, se había ido.
—Genial. — dijo Fibby con una sonrisa en el rostro.— Ahora no habrá nada de besuqueos en ese cuarto hasta el próximo viernes... Espera, creo que mejor lo ponemos en otro lugar.
—Vamos, puedes aguantar una semana.
—Créeme, no puedo.
—Sí, lo sé. —Admití encogiéndome de hombros— Pero ya le puse candado.
Fibby comenzó a lloriquear por un rato pero la detuve cuando le dije que mejor se ahorrara las lágrimas para la novela e inmediatamente me hizo caso. Unos minutos después me quedé sola al frente del almacén con sólo a mano un abrigo que me rehusaba a usar, pero al ya casi no sentir mis brazos decidí que tenía que arriesgarme a ponerme. Hubiera sido más fácil tomar la decisión de usarlo si no fuese por su color rosado y su textura esponjosa. No entiendo por qué a Hanna si le quedaba bien pero cuando me lo prestó y me lo probé parecía un oso rosa que había comido de más.
—Tenía que ser... lo dejé en la clase.—me dije a mi misma cuando no encontré mi celular en los bolsillos del abrigo.—Dios, moriré allí dentro. — susurré dirigiéndome con rapidez a la puerta de entrada.
Ya dentro merodeé por pasillos como si en cualquier momento un asesino me viniera a clavarme un hacha en la espalda. Girando unas cuantas esquinas me encontré con el conserje Tom que se hallaba trapeando el mismo salón desde hace más de una hora.
—Eh, señor Tom.
—¡Hola Kelly! ¿Cómo estás? — exclamó al girar a verme. Su sonrisa no se notaba por la oscuridad y me dio lastima el saber que se había olvidado que él salía a las 6.
—Soy Megan. Este...dos cosas. Dejé un trabajo grande en el almacén que no usan tanto y quería...
—No te preocupes Rachell —Me interrumpió haciendo un ademán con la mano — déjalo ahí, ese armario solo lo usamos para guardar la utilería que debemos arreglar y nunca lo hacemos.
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AMIGOS DE LA INFANCIA
Teen FictionEnamorarte puede llegar a ser lo más maravilloso como lo más complicado que te puede pasar, y mucho más si es por alguien con quien viviste gran parte de tu niñez.