SAM PDV
—¡Extraño mi celular! – gritó Ethan contra mi almohada. — No puedo vivir sin él, cada minuto es más infernal que el otro.
—Sólo han pasado cuatro horas desde que te lo quitaron—dije mientras envolvía una nueva hoja de papel para ponerla en la nariz de nuevo.
Aunque habían pasado ya cuatro días desde que Hanna me golpeó con el balón en la cara mi nariz no dejaba de sangrar con constancia. Nunca creí que Hanna me haría un sangrando en la nariz más fatal que el que me ocasionó Aaron en el verano pasado.
Ethan, que se encontraba echado boca abajo en mi cama, giró su cabeza para verme con un rostro lleno de frustración. — Sí, y son las cuatro horas más infernales de mi vida.
—Bueno, esto no hubiera pasado si no hubieras copiado en el examen con las respuestas en tu teléfono. — le recordé lo obvio.
Ethan se sentó con la espalda encorvada y resopló mientras negaba con la cabeza.
—No pensé que se me darían cuenta. — se dijo más que todo para él que para mí. — No entiendo porque me lo quitaron. No eran ni siquiera las respuestas de ese curso.
—¿Y por qué lo sacaste durante el examen?
—Porque creí que había tomado las fotos de ese curso.
—¿Por qué no simplemente prestaste atención en clases en vez de dormir? Es más práctico y no te quitan el examen ni el teléfono si lo haces. — recomendé sabiendo que su respuesta iba a ser igual de estúpida que sus acciones.
—Por el simple hecho que soy un ser humano ¿Cómo crees que me voy a aprender todo lo que nos enseñan?
—Te recuerdo que yo también soy un ser humano y si me aprendo todo eso.
Antes de que Ethan pudiese responder la puerta de mi cuarto se abrió de golpe y se cerró de igual manera cuando Hanna ya había entrado. Sostenía dos prendas de ropa en cada mano y mirándonos con expectación nos preguntó: ¿Cuál pijama creen que sería mejor llevar para la fiesta de Barbara?
Miré a Ethan que parecía que realmente estaba eligiendo un modelo e inmediatamente hice la pregunta que quería hacer desde apareció en mi habitación.
—¿Cómo entraste?
Hanna bajó las prendas y girándose hacia la puerta de mi cuarto la señalo con un poco de confusión. —Estaba abierta.
—No, me refiero a cómo entraste a mi casa— aclaré mientras pensaba que ya era hora de poner más seguridad en mi este hogar.
—Oh, también estaba abierta. — respondió antes de volver a alzar las pijamas para nuestra mejor vista. —Bien, entonces ¿cuál me llevo? ¿La azul o la verde?
—¿Estas eran tus mejores opciones? — cuestionó Ethan poniéndose de pie y tomando ambas prendas mientras las examinaba de arriba abajo.
—¿No te parecen bonitas?. —preguntó Hanna poniendoce al costado de Ethan para ver a lo que se refería.
—Es bonito pero no creo que quieras ir a la fiesta de Barbara con una pijama que trae sapitos bailando—murmuré sonriendo por el dibujo de unicornio deforme que tenía la otra.
—Pero son las más cómodas— confesó ella con un notorio desanimo. — además el color combina con mis pantuflas de sapito.
Ethan tiró ambas prendas sobre la cama y sacó las llaves del carro de su bolsillo con rapidez. —De acuerdo, fue suficiente. Hay que comprarte ropa.
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AMIGOS DE LA INFANCIA
Teen FictionEnamorarte puede llegar a ser lo más maravilloso como lo más complicado que te puede pasar, y mucho más si es por alguien con quien viviste gran parte de tu niñez.