Capítulo 31# - Regreso
Hanna's POV
La noche pasó con bastante rapidez y de un momento a otro ya estábamos a media hora de irnos del campamento. Las maletas estaban acompañadas de todos los estudiantes que con la cara cansada esperaban el bus de regreso. La profesora no fue la única que tuvo una aventura en las cabañas, ya que debido a la falta de vigilancia varios estudiantes se escabullían de noche para sus muestras de deseo adolescente y experimentación.
Estaba un poco nerviosa de ver a Sam y los nervios aumentaron cuando lo divisé entre la multitud de chicos ojerosos. Ayer me dijo que quería estar conmigo pero era muy probable que simplemente fue por el alcohol que lo confiado de si mismo.
¿Y si en verdad sólo lo decía por el alcohol?
Todas las dudas que tenía se desvanecieron cuando me vio y me dio una sonrisa que hizo recalcar sus oyuelos arriba de cada comisura de sus labios. Dejó su mochila a un lado y corrió hacia mi empujándome un poco hacia atrás por el impacto de su abrazo. Separó su cabeza de mi hombro y me depositó un suave beso en los labios. Me alejé esperando a que la profesora nos haya visto y para mi suerte estaba ocupada hablando por teléfono con el impuntual conductor.
—Lo siento por pedirte de esa manera. Mi locura me superó por completo, y comprendo que dirás que no por la forma en que me viste ayer pero créeme que ese no soy yo, y tu lo sabes. Te lo voy a repetir para que veas que a pesar de estar en ese estado lo decía de verdad.—Dijo Sam tan apresurado que me fue difícil de procesar todo lo que dijo con rapidez. Esperó unos segundos y me miró fijamente esperando la respuesta que el deseaba oír.—¿Quieres estar conmigo?—repitió las mismas palabras pero esta vez poniendo énfasis en cada una y apoyándose de mis manos, no para evitar caerse, si no para sentirme o estar cerca de él.
Asentí con la cabeza ruborizándome las mejillas inconscientemente y decidí que mi respuesta sería más segura si fue en voz alta—Sí, sí quiero.—Susurré tomándolo de la mandíbula y acercándolo nuevamente a mis labios.
Sam volvió a sonreír y me dio un último abrazo antes de que llegase el autobús y arruinara nuestra muestra de cariño.
El bus llegó a poca velocidad y fuimos subiendo uno por uno hasta no dejar ningún estudiante atrás. Ya había pasado la otra movilidad para subir a la mitad de alumnos mientras que nosotros sufríamos bajo el sol y picaduras de mosquitos.
Subí antes que Sam y me senté en el fondo justo delante de la salida de emergencia que tiene cada autobús. Él se sentó a mi costado dejando reposando su mano sobre mi rodilla. Después a su costado se sentó Megan arrecostada en su hombro viendo el vacío con la música tan alta que hasta yo la podía oír con claridad.
Cuando ya todos los asientos estaban llenos el ruido poco a poco fue aumentando mientras que la profesora hacía todo lo posible para que todos mantenieramos la calma.
— Y... ¿qué hacen los novios?—le pregunté después no haber hablado desde que partimos.
—Sinceramente nunca he tenido una novia así que no estoy seguro de cómo es todo este asunto pero simplemente improvisemos. A veces es lo mejor que puedes hacer en este tipo de casos.
— Bien—murmuré.—¿Y va a ser secreto o podemos ser obvios?
—Creo que mantenerlo en secreto no es una buena idea.—respondió encogiéndose de hombros haciendo que la cabeza de Megan cayera y la despertara.
—Mierda... ¿cuánto dormí?—preguntó con los ojos entreabiertos.—¿Todavía no llegamos?
—Dormiste unos siete minutos Megan.—le contestó Sam riendo.
—¿Así que ya están no?—dijo Megan cambiando de tema radicalmente.—Son pareja al fin. Te demoraste mucho Sam, yo que tu le pedía el primer día que la veía.
—Sí bueno, pero era ciego.—
— Me la vas a cuidar porque es mi única amiga y no la quiero perder por tus estupideces ¿Está bien?
—Lo prometo.—contestó Sam acariciándome con su mano que se encontraba en mi rodilla.
Comodidad.
Era única palabra que encontraba la cual podía describir perfectamente como me sentía cuando estaba junto a Sam. Algo en él hacia que me sintiera tranquilizada y protegida. Sé que es delgado y no tiene la fuerza suficiente como para vencer a alguien que me podría atacar pero el simple hecho de ser un chico que no busca pelea hace que me sienta así.
Apenas volví a ver a Sam este año tengo que admitir que sentí unos nervios remordiéndose por bastante tiempo antes y después de verlo. El modo en que me trataba era muy tierno y con tan solo ver su sonrisa hacia que me contagiase. Tenía miedo de ser inmadura para él pero al parecer sólo era falta de experiencia la que necesitaba. Aunque aún no tenga muchos amigos estoy conforme con los que me he unido, son una mesclar algo cómica; el nervioso, el payaso, la inteligente y bueno yo... que aún se me hace difícil descifrar mi personalidad.
¿La hueca?
Mierda, espero que esa sea Barbara...
Pero eso por el momento no me importaba, muchas veces pensaba en que lo que hacía tenía que ser correcto para poder estar cómoda con el grupo pero al parecer no tenía que fingir seriedad para estar con ellos, es más, me sentía aburrida comparándolos. Una de las razones de mi regreso fue para volverme a integrar a la vida cotidiana que generalmente las personas suelen tener. Fue más rápido de lo que creí y mucho más agradable. Nunca hubiese pensado que Sam fuese parte de ese proceso y le agradezco por ello, tampoco creí que lograría mi sueño de niña de tenerlo junto a mí.
—Ehm...— balbuceó Megan interrumpiendo mis pensamientos—Chicos... ¿han visto a Ethan?
—Está en el otro autobús.—contestó Sam no tan seguro de su respuesta.
—¡Ethan! ¡Ethan!—gritó la profesora buscándolo de asiento a asiento.—¡Ethan!
— Carajo...—susurró Sam abriendo los ojos como platos.
Ethan PDV
—Joder.—dije mientras tiraba mi mochila a un costado al notar que ya no había nadie en el campamento.—Puta madre.
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AMIGOS DE LA INFANCIA
Teen FictionEnamorarte puede llegar a ser lo más maravilloso como lo más complicado que te puede pasar, y mucho más si es por alguien con quien viviste gran parte de tu niñez.