"No Me Sueltes" Richard Camacho.

Ángel.

Bueno y yo... Yo me quedé mirándolo como dormía porque realmente era un ángel, un ángel que pocos valoraban, me quedé abrazada a él y me dormí. Al día siguiente desperté y Richard seguía dormido, no quise despertarlo y me fuí a lavar los dientes, quería dejarlo descansar un poco más; al lavarme los dientes pensaba en qué podría hacer para que él se sienta feliz, lo primero que se me ocurrió fue llamar a la familia pero no porque su papá trabajaba y su hermanito tenía que ir a clases. Pero después se me vino a la cabeza otra cosa, no muy común y algo que sea nuestro, que lo recordemos para siempre. Llamé a mis compañeros y les dije que no iba a ir a trabajar, les dije que tenía un trámite por hacer; claro porque si les decía que iba a hacer pasar a Richard el mejor día de su vida todo mundo iba a sospechar, todos hasta mi novio que por suerte él me da mi tiempo y espacio y no me preguntó nada sobre ese supuesto trámite.

Preparé el desayuno y desperté a Richard, él al verme sonrió y yo le extendí la mano, la tomó y me siguió. Al ver el desayuno, me tomó de la cintura, me abrazó de atrás y me besó en la mejilla; él estaba feliz como yo quería que lo estuviera.
Mientras desayunábamos le dije:
- Hoy vamos a pasar un día juntos ¿Te parece?
- ¿Enserio? - me dijo y agregó - ¿No tienes que hacer nada hoy?
- No, suspendí todo porque quiero pasar un día con vos, nosotros dos solos.

Él me sonrió sin poder creerlo y yo... Bueno para que mentirles, yo me enamoraba un poco más ¿Que digo poco? Me enamoraba mucho mas, más de lo que se pueden imaginar, más de lo que una persona normal se enamora, yo quería cuidarlo, no quería que nada le pasara porque él era como esos hermosos muñequitos metidos en una cajita de cristal, que solo necesitaban ser cuidados y yo estaba dispuesta a cuidarlo todo el tiempo que fuera necesario.