Midnight

1. Medianoche

Corro a toda velocidad. Mis piernas estaban extenuadas y el calor invadía mi cuerpo haciéndome sudar. Mi pecho subía y bajaba rápidamente a causa de la adrenalina que se apoderaba de mí. El viento despeinaba mi cabello y la brisa castigaba mi rostro como latigazos. Mis pasos resonaban en el asfalto de una calle gris de un lugar que no reconocía, parecía ser un viejo suburbio.
No reconozco el lugar pero no importa, el pánico creciente en mí me dice que debo huir, debía ir a un lugar del cual no estaba seguro de su existencia pero debía llegar y sabría que era ese lugar cuando llegara a él.

Sigo corriendo, desesperado y fatigado. Estoy asustado, mis manos tiemblan. Todo está mal, si dejo de correr me irá muy mal, si dejo de correr todo se terminará para mí.

Y de repente me empujan. Doy un paso hacia adelante, en contra de mi voluntad y miro al suelo mientras siento una punzada violenta en mi espalda que atraviesa mi pecho.
El pavimento gris se tiñe de carmesí y toso para expulsar una buena cantidad de un líquido rojo, era sangre.

Despierto. Abro mis ojos y suelto una bocanada de aire dejando escapar aquel pánico que me invadía, aquel miedo irracional que me atemorizó toda la noche. Me encuentro agitado y aliviado de que todo haya sido un sueño.

Desde hace mucho tiempo sufro terrores nocturnos y esta fue otra noche más, sólo otro episodio. Un suave episodio que lamentable me lleva a una parálisis.
Hace tiempo vengo tomando medicamentos por esto, pero aún subiendo la dosis no se detienen.

Ahora mismo me encuentro en Norte América, exactamente en Massachuset Estados Unidos, en una de las casas de mi familia.
Me parecía trágico el hecho de que mis padres me hayan mandado a otro continente a estudiar. Obviamente extrañaba Inglaterra e igualmente aunque me quejara no me harían volver.

Suspiro aliviado, ya pudiendo recuperar mi movilidad y me levanto de mi cama. El pijama añil de seda se siente como una caricia en mi piel, estaba cómodo y tibio, y lamentablemente tengo que deshacerme de él y reemplazarlo con un estructurado uniforme escolar.

Me miro en el enorme espejo de la habitación, ocupa toda una pared a lo largo y ancho así que puedo verme por completo. Muerdo el piercing plateado de mi labio inferior y me acomodo mi cabello castaño hacia un lado, hoy mi cabello se ve bien porque está muy lacio. Eso es un buen inicio.

Después de colocarme los pantalones grises, termino de abotonar mi camisa blanca, me coloco la corbata de color rojo oscuro, me pongo mis mocasines negros y al final el saco gris que termina de conformar el uniforme de la academia Medianoche.

Hay algo que llama mi atención de esa academia y es el escudo que estaba compuesto por dos cuervos bordados y en el centro una espada plateada. De un estilo tan antiguo que se asemejaba a mi querida South Yorkshire. Quizás me sentiré como en casa.

Lo único que sabía de Medianoche era que existía desde el siglo XVIII y su existencia había sido un secreto hasta finales del siglo pasado. Se supone que es una academia excesivamente exclusiva así que sólo las familias más importantes podían costear la matrícula de sus hijos en Medianoche, pero esa academia tampoco era para cualquiera ya que no aceptaban el ingreso de todos.

Durante el viaje a la academia, mi chofer me hizo atravesar lo que el llamó "el pueblo más cercano al instituto". Riverton, que no era más que un pueblo pequeño y antiguo al que parecía que el paso del tiempo no había afectado ya que era muy del siglo pasado. En el camino lo que pude ver fue un restaurante, cafeterías, una biblioteca y un antiguo cine en el que exhibían La Bohemia.

Tras cruzar un puente que nos acercaba a Medianoche. Nos metemos por un sendero que atravesaba un bosque. El bosque se veía espeso y lleno de vida, lleno de árboles, arbustos, césped, a lo lejos se veía maleza, frutos y se escuchaba el ruido característico mezcla del viento haciendo mecer la copa de los árboles, mezcla del canto de los pájaros y otros ruidos que no sabría descifrar.