13. El valor del diamante

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Nicholls y yo íbamos de camino a Medianoche. No estábamos tan lejos. De hecho Riverton, que era el pueblo en donde estábamos, era el pueblo en el que los estudiantes de Medianoche solían pasar sus tardes los fines de semana.

Kean y Jack nos llevaron a Nicholls y a mí hasta la entrada del bosque, y después de eso se fueron rápidamente. Al parecer a Kean no le caigo bien ya que todo el camino se la pasó mirándome por el espejo retrovisor, o quizás descubrió que soy mitad vampiro. Podría ser, no por nada es el líder de su grupo.

Ahora con Nicholls íbamos caminando por entre los árboles del bosque para llegar a Medianoche. Todo estaba enlodado así que debíamos pisar con cuidado. Yo sentía mis pies bastante ligeros así que mis zapatillas a penas estaban embarradas, pero Nicholls era un desastre, sus borcegos parecían ser muy pesados así que sus pies se hundían fácilmente. La cuestión es que no podíamos ir por el camino de piedras porque no debíamos llamar la atención.

—No sé como lo haces.—Me dijo Nicholls con notable admiración.

Yo iba casi saltando de rama en rama, pequeñas ramas que estaba en el suelo. Estaba algo aburrido y se me hizo divertido hacerlo ya que a penas se hundían.
—Es cuestión de equilibrio.—Le mentí. La verdad es que desde que Kellin me empezó a convertir, siento mi cuerpo más ágil.

—Eso es genial.—Respondió Nicholls.

Él intentaba sacar algún tema de conversación, pero yo no era muy dotado para hablar con desconocidos así que le respondía de forma directa. Creo que no tener idea de como interactuar con la gente es lo que me ha dado una mala reputación.

—Nicholls…—Le dije.

—Oh por favor, no me digas Nicholls. Así le decían a mi padre.—Dijo él con algo de gracia.

—Matt…

—Micky.—Dijo. Ambos nos miramos y sonreímos. Ese apodo me hacía acordar a Mickey mouse.

—Micky.—Le dije. Era extraño llamarlo así, era como si eso me diera un poco más de confianza con él— Hay algo que tienes que saber antes de llegar a Medianoche.

Micky ahora me miraba serio. Parecía transformarse cuando no estaba sonriendo.
—¿Y qué es?

—Yo no me iré de Medianoche aún. Así que perdón por hacerte venir pero…—Pensé un momento lo que iba a decir— No puedo irme.

Él se detuvo abruptamente y me tomó del brazo.
—Espera. Oliver, van a matarte. No creas que no lo harán porque eres un alumno.

—No van a matarme.—Le dije rápidamente. Era imposible matarme de por sí, y creo que el que estaba en peligro era él— Micky vete ahora. Tú no estás a salvo.

—No, Oliver. No te dejaré aquí.—Habló rápidamente— Los vampiros no son buenos. Los he visto matar niños, bebés. Son monstruos Oli, debes creerme.

Miré en dirección a Medianoche. Por entre las copas de los árboles ya se podía ver la enorme edificación.

No todos eran malos. Quizás Andrew sea un idiota pero ese idiota ha tenido mil oportunidades de morderme y jamás lo hizo, y después estaba Kellin que me ama, yo lo sé, aunque me haya atacado me ama, no hay que ser un genio para darse cuenta que no estaba dentro de sus cabales. Pero también me vi a mi mismo matar en el pasado, pero me rodeaban, eran ellos o yo, pero ¿Cuánta sangre debemos beber para estar vivos? Los vampiros son depredadores sin duda. Y sin lugar a dudas son el único depredador que tienen los humanos, y los humanos tienen antecedentes de exterminar tanto al medio que los rodea como extinguir razas para moldear el entorno a su conveniencia. Entonces podía decir que entendía a los vampiros tanto como entendía el punto de Micky.

MidnightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora