14. Hielo

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Después de haberme encontrado a Kellin en el baño, fuimos hacia su habitación.
Cuando a penas llegamos, nos sentamos en su cama y Kellin me dio una enorme dosis de sangre y me abrazó. Yo había pasado dos días sin beber sangre y Kellin me dijo que no era mi alimento principal así que no era vital por ahora.

Mientras él me hablaba, parecía bastante melancólico y yo también me encontraba así. Ahora caía sobre mi consciencia el peso de las cosas que habían sucedido. Casi morimos, yo casi caigo desde 50 o 60 metros por encima de Medianoche y Kellin cayó desde el techo de Medianoche y tuvo un enfrentamiento con personas que se dedican a cazar vampiros.

Así que no nos separábamos del abrazo. Yo le había dicho a la señorita Bethany que aún no apreciaba lo que era estar vivo porque aún no sentía que había muerto, pero casi muero. Estoy seguro de que ella habrá sentido pena ajena por mi ingenuidad.

—Gracias, gracias, gracias y no me va a alcanzar la vida para agradecerte que me hayas salvado, Kellin.—Le dije en voz baja. Él tenía su rostro escondido en mi pecho y sus pequeñas manos tiraban de mi ropa.

—No puedo soportar el hecho de verte tan herido siempre. Perdoname por haberte atacado.—Kellin habló en voz baja.

—Está bien.—Le hablé en voz baja también— Estabas extraño, como desconectado.

Kellin se separó a penas un poco del abrazo para poder verme a la cara. Sus ojos diamantes brillaban con un tenue color celeste.
—Creo que son los instintos primarios. Lo siento mucho.

Negué con la cabeza y puse mis manos en sus mejillas.
—Por un momento pensé que te había perdido. No tengo porqué perdonarte, es más, yo debería pedirte disculpas. Haber creído que ya no estabas fue horrible.

—Yo también pensé que te había perdido. Cuando esos sujetos te llevaron…—En ese momento la mirada de Kellin se volvió oscura— Yo no vi cuando eso había sucedido porque me habían detenido con una estaca.

En ese momento no sabía si contarle a Kellin lo de la cruz negra. Creo que no, no quería alarmarlo, además no sabía como reaccionaría. Era mejor seguir con la mentira de que no recuerdo nada.

—¿Quiénes me llevaron? Porque desperté en el bosque con mis heridas vendadas.

—La cruz negra.—Respondió Kellin— Oli…—En ese momento sus ojos se cristalizaron— Oli, creo que ellos vienen por nosotros.

—¿Qué? —Pregunté algo sorprendido.

—Oli, tú eres milenario. Quizás eres el primer vampiro en su lista de captura. Si descubren quien eres créeme que no te matarán, creo que saben que puedes reencarnar. Y si te atrapan ¿Quién sabe las cosas de las que son capases? —Kellin habló con tristeza y cerró sus ojos mientras bajaba su mirada. Podía notar como unas pesadas lágrimas se deslizaban por sus mejillas— Siempre hay que escapar Oli. Estoy harto de huir y perderte.

—Pero no vas a perderme.—Le dije en voz baja. Todo esto se sentía amargo. Quizás parecía una promesa difícil de cumplir porque yo podría vivir toda la eternidad pero mi cuerpo puede morir, y si mi memoria se reinicia entonces borrará todo rastro de Kellin— Kells, creo que después de haber muerto la primera vez, viví más veces.—Kellin levantó la mirada, tenía sus ojos cristalinos y una expresión de sorpresa, entonces seguí hablándole— Tengo recuerdos de épocas un poco más avanzadas, ¿Recuerdas que me habías dicho que nos conocimos hace 200 años? Bueno, tengo recuerdos del siglo pasado, recuerdos de haberme enfrentado a los de la cruz negra. Diferencio las épocas por la ropa que llevaban las personas en mis recuerdos.

Kellin abrió la boca sorprendido y lo vi achicarse en su lugar.
—Ósea que reencarnaste más veces y ninguna se esas veces nos encontramos. Durante 200 años no volvimos a cruzarnos.

MidnightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora