8. Rememorar

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Kellin llevaba puesta una campera oscura, unos skinny jeans azules bastante ajustados, se le enmarcaban bien sus piernas, y llevaba unas botas cortas oscuras que parecían pesadas, de hecho estaban enlodadas y hacían bastante ruido a cada paso que daba. Yo por mi lado, intentaba ser silencioso, ya por costumbre.

Mi rostro aún se encontraba entumecido por el tacto de las manos del fantasma, mi mano entrelazada con la de Kellin también estaba fría. En si, moría de frío.
Aún nos faltaba un largo tramo para llegar a los prados de Medianoche y nosotros caminábamos lento ya que debía darme una explicación de lo que sucedía.

—Cuando un vampiro prueba la sangre de otro vampiro puede interpretar sus sentimientos como recuerdos o fantasías, por eso nos viste a nosotros. Lo que yo siento por ti viene desde hace mucho tiempo, Oli.—Dijo Kellin— Y eso que viste recién era un fantasma.

—Joder, no lo puedo creer.—Dije en voz baja. En realidad no podía creerme nada de lo que estaba pasando. Era demasiado para la lógica común.

—Hace tiempo, hace mucho tiempo, sólo existía la vida que conocías antes de llegar a Medianoche. Claro que las especies evolucionaron y el hombre se estableció mejor…—Explicó Kellin— Pero sólo existían plantas, animales y hombres. Y nadie sabe de donde nacieron los vampiros, pero la señorita Bethany me dijo que si tú no hubieses perdido el hilo del tiempo, seguramente recordarías la historia de los orígenes.

—¿Qué? —Pregunté incrédulo y me detuve. Kellin se detuvo y se giró para verme. En su inocente rostro se formó una sonrisa y me jaló para seguir caminando, entonces lo seguí— Tiene que ser una broma.—Le dije.

—No interrumpas, Oli.—Dijo Kellin.

—Lo siento. Pero, ¿Qué quieres decir con que perdí el hilo del tiempo? Ósea que ya no sabía en que año vivía ¿No? —Le pregunté. Ahora empecé a caminar normal sin preocuparme por si hacia ruido o no. Lo que me decía Kellin se robaba toda la atención.

—Claro. Viviste muchos años sin medir el tiempo así que no sabes cuanto pasó. Viviste tantos años que para ti se sintieron como días, y quizás dormiste pensando que fueron unos minutos y pasaron días. La academia Medianoche nos ayuda a no perdernos, así que por eso muchos acudimos aquí. Para los más jóvenes es más fácil perdernos.

—¿Y qué tiene que ver todo esto conmigo? —Pregunté y me estremeció sentir una caricia en mi mano por parte de Kellin.

—Oliver, tú eres una reencarnación de alguien que ya vivió antes.—Kellin me miró un momento y siguió hablando— Y empezaré a explicarte desde donde yo te conocí. Primero debes saber que yo fui humano, claramente. Yo nací aquí en Norte América en 1750, en una colonia inglesa. Yo tenía 10 años cuando te conocí, eras un comerciante muy popular y acaudalado, y nos dijiste que tenías 28 años. Y cuando yo cumplí 13 años empezamos un romance.

—Kells, eso es pedofilia.—Dije alarmado. Kellin soltó una risa ligera y negó con la cabeza— Joder, no sé que le ves de divertido.

—Siguiendo con el relato… Cuando yo cumplí 18 años decidiste convertirme.—Dijo Kellin.

—¿Yo lo decidí?

—Sí. No interrumpas, am… Oli.—Dijo Kellin con un tono tranquilo— Yo no sabía lo que era un vampiro, hasta que poco a poco comencé a cambiar como tú ahora. Y para ser un vampiro por completo primero tienes que morir y tú me mataste cuando yo tenía 21 años.

Detuve mi marcha y lo miré atónito. Yo maté a Kellin. Esto no podía ser ¿Cómo podía ser tan amable conmigo si yo le hice daño?

Kellin se volteó a verme y sonrió compasivo. Levantó nuestras manos entrelazadas y me dejó un beso en mi mano.
—Yo sufrí de pulmonía. Iba a morir en dos meses como mucho, y tú me mataste para evitar que sufriera.—Habló en voz baja y se volteó para seguir caminando mientras me llevaba de la mano.

MidnightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora