15. Sangre

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Mi cuerpo parecía ser absorbido por Medianoche, porque de un segundo a otro pasé de estar flotando a entrar rápidamente por el ventanal roto, como si yo estuviese en un avión y trágicamente la puerta se hubiese abierta pero esto es mejor.

En mi mente se repetía una y otra vez la espectral oración de ese niño: “debes cumplir”, y yo ya sé lo que debo cumplir. Él se desvaneció rápidamente y yo fui impulsado por los aires hasta que ingresé a Medianoche y terminé chocando de espaldas contra una pared.

Cuando sentí el impacto del muro de piedra contra mi espalda, cerré mis ojos con fuerza, solté una queja y sentí la gravedad apoderarse de mí azotándome contra el suelo.
Mi respiración estaba agitada, abro mis ojos y veo a Micky a unos metros míos. Micky estaba arrodillado en el suelo mientras vomitaba. Vuelvo a cerrar mis ojos con párpados pesados. Tengo que ayudar a Micky, escucho unos pasos rápidos sobre el suelo. La temperatura había ascendido.

—¡Matt! —Escucho la voz de Jordan haciendo eco en el pasillo.

Inmediatamente me incorporo y veo a Jordan ayudando a Matt a levantarse del suelo. Y después oigo más pasos acercarse hacia mí, y aunque el dolor en mi cuerpo se sentía asquerosamente horrible, me incorporé sentándome y aquellos pasos que se oían eran los pasos de Kellin corriendo con sus zapatillas mojadas porque él estaba completamente empapado.

—Oli, ¿Estás bien? —Kellin me habla mientras se sienta en el suelo frente a mí.

—Sí.—Respondo y le sonrío cansado. Al menos ambos estamos bien.

Inmediatamente escucho otros pasos acercándose hacia nosotros. Eran pasos de más de dos personas. Entonces veo a Micky incorporándose rápidamente y salir corriendo junto a Jordan. Los pasos que se oían eran de unos profesores y la misma señorita Bethany. Y yo no hice más que reírme ya que siempre que ocurre un desastre estoy yo metido.

En cuanto la señorita Bethany nos vio a Kellin y a mí, puso una expresión de molestia. Sus labios pintados de morado se fruncieron y su mirada oscura caía severa sobre nosotros. Y yo me esperaba que nos vaya a expulsar o algo así. Ella se acercó hacia nosotros, los tacos de sus zapatos hacían salpicar cada pequeño charco de agua por el que pasaba.

—Oliver, Quinn.—Nos dijo llegando a nuestro lado y se giró rápidamente para que vayamos a su oficina.

Yo inmediatamente me puse de pie y Kellin me tomó la mano para irnos detrás de ella.

Los profesores que la habían acompañado se quedaron analizando todo lo que había sucedido. A ellos no les afecta el frío así que supongo que no habían notado la presencia de los fantasmas hasta que todo se empezó a llenar de hielo.

En cuanto llegamos a la oficina, la señorita Bethany no se fue a sentar detrás de su escritorio, esta vez fue a abrir una vitrina y revisar dentro de una caja de madera color café.

—Usted se imaginará lo que está ocurriendo, Oliver.—Me dijo la señorita Bethany.

—Los fantasmas están persiguiéndome.—Le dije con un tono de duda.

—Exactamente.—Respondió mientras se giraba y en sus manos tenía dos collares con un dije de un péndulo transparente— Esto es cuarzo, Oliver. Úsenlos siempre a menos que esté dispuesto a cumplir con su parte del trato.—Me dijo. Ella se refería a mi pacto con los fantasmas.

Yo solté la mano de Kellin y me acerque hacia ella. Tomé ambos collares y le agradecí. Después de esto nos fuimos hacia nuestra torre. Al pasar por los corredores, habían dos empleados de mantenimiento limpiando los charcos de agua que quedaron de la helada fantasmal.

MidnightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora