5. Súcubo

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—¿Q-qué me sucedió? —Pregunté mirando al doctor a mi lado. Hacía unos segundos me había recuperado de un “ataque de nervios” que me había dado al despertarme en una camilla de hospital. Mi cabeza palpitaba como si estuviese sufriendo una horrible migraña y sentía todo mi cuerpo agotado.

El doctor, le había dicho a las enfermeras que no necesitaba sedantes y esperó a que me calme para hacerme unas preguntas. Pero yo no quería responder, yo quería saber que sucedía.

—¿Ves borroso? —Me preguntó. En sus pálidas manos tenía una tablilla en donde anotaba todo lo que le decía.

—No, ¿P-puede decirme porqué estoy aquí? —Le pregunté. Sentía mi lengua dormida. Me costaba articular las palabras y armar las oraciones en mi cabeza.

—Todavía estás confundido. Haré pasar a tu familia ya que por lo visto estás bien, sólo necesitas descanso. Pero como ha pasado mucho tiempo haré pasar a uno ¿A quién quieres ver? —Me preguntó el doctor. Su mirada avellana cayó sobre mí. Llevaba su cabello oscuro peinado con gomina, creo que es un vampiro.

—A mi mam-má.—Respondí arrastrando mis palabras.

El doctor puso una expresión de extrañeza y asintió. Se volteó y caminó hacia la puerta.

Yo miré alrededor. Era una sala de un hospital. Yo estaba con una bata blanca, tenía el pulsor en el dedo índice de mi mano izquierda, tenía un catéter inyectado en mi brazo derecho que me proveía suero y lo que me hizo sentir más incómodo es que tenía una sonda. Dejé escapar unas lágrimas que mojaron mis mejillas y me estremecí.

Esto quiere decir que Thomas no es real, ¿O es real y es aquel fantasma? Mierda, nisiquiera sé que es real ahora.

Me mordí el labio inferior y escuché como la puerta era abierta. Kellin estaba con una enorme sonrisa y ojos brillantes mirándome. Y yo en ese momento me apegué a la pared viendo como se acercaba. No quería verlo, me moría de vergüenza, me encontraba en un estado deplorable y además esa fantasía con Thomas…

—Amor…—Me dijo Kellin con una mirada triste mientras se paraba a mi lado. El doctor nos observaba desde la puerta.

Yo seguía apegado a la pared observando a Kellin. Sí traía el cabello más corto, se veía más pálido de lo normal y sus enormes ojos grises destellaban tristeza.

—D-dije que…—Tomé aire para continuar hablando— Quiero ver a mi mamá.

—Tus padres no saben que estás aquí.—Dijo Kellin con su voz ligeramente ronca. Se veía hermoso aunque se le notaba melancólico. Yo debería decirle que lo amo pero estoy muy avergonzado como para verlo ahora y así— Amor…—Me dijo en voz baja— ¿Me recuerdas?

Yo temblé al escucharlo. Claro que lo recordaba, lo recordaba cada momento del día. Pero soy una basura, él estaba aquí conmigo y yo… Ni siquiera sé que soñaba, doy asco.
—S-sí.—Le respondí a Kellin. Entonces Kellin intentó acercarse a mí y yo rápidamente miré al doctor.

—Creo que está algo alterado en este momento. Deberás volver luego.—Dijo el doctor.

Kellin abrió la boca como para decir algo pero al final terminó asintiendo.
—Te veo después.—Me dijo en voz baja y me sonrió de una forma tan triste que podía notar más lágrimas formándose en sus ojos. Después se volteó para salir de la sala y yo me sentí una completa basura por eso. Lo extrañaba con mi alma pero necesito aclarar mi mente.

—Andrew…—Dije y Kellin volteó a verme, llevaba una expresión de confusión— Quiero ver a Andrew.

—Lo que quieras amor.—Respondió Kellin con un hilo de voz y se volteó para salir.

MidnightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora