4. Sentimiento

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Al final, después de habernos bajado del autobús, tomamos un taxi y llegamos a nuestro destino. Justin vivía muy cerca del Downtown de Los Ángeles, pero en la parte más acaudalada. La familia Hills tenía un elegante chalet retirado del resto de los suburbios, hace poco el padre de Justin había fallecido y su madre pensó en que retirarse y concentrarse en su familia sería lo mejor para superar su duelo.

Y cuando llegamos al enorme chalet me impresioné al ver extensa propiedad pintada de blanco. Se veía que tenía tres pisos, enormes ventanas de vidrios polarizados, toda revestida de madera blanca que no le quitaba la elegancia, de figuras rectangulares y enormes balcones con vidrios de barandillas, y su patio delantero era tan amplio y florido que daba la sensación de ser un lugar jardín zen. Y pronto toda la tranquilidad del lugar se escapa. Las sombras cerca de los arbustos sobre los pastizales se movían de una forma antinatural, como si fuese agua negra.

Miré hacia los demás mientras nos acercábamos. Justin y Jordan iban de la mano justo por delante de nosotros, iban hablando normalmente. Andy y Xan iban callados y con notable aburrimiento. Creo que nadie veía esas sombras. Entonces miré a Oliver.

De repente Oliver se veía melancólico. Entonces temblé y pasé saliva, apreté el agarre a su mano e intenté mirar al frente. Las sombras no me deberían dar miedo, Oliver está conmigo, él me protegerá de todo lo que me asuste.

El camino por el que íbamos para llegar a la casa de Justin, era de piedras blancas y aplanadas, a los lados estaban los arbustos y frente a nosotros el elegante chalet. Y en cuanto llegamos a la puerta, Justin abrió la puerta usando sus llaves y entonces ingresamos.

La casa de Justin por dentro, era completamente blanca. Todos sus muebles tenían formas perfectas y rectangulares. Al principio había una enorme sala, la cual poseía una pantalla de cine prácticamente, unos enormes sillones blancos y a los lados habían pequeños muebles que sostenían decoraciones con figuras abstractas en color cobre.

—Mi madre ahora mismo no está, llegará en una hora. Así que podemos descansar y luego salir por comida.—Dijo Justin mientras nos miraba a todos.

—Yo quiero comer ahora.—Dijo Andy cruzándose de brazos.

—Secundo... La moción.—Dijo Xan levantando su mano.

—Yo quisiera descansar ahora.—Dije. Tenía la esperanza de poder pasar un rato a solas con Oliver.

—Puedo llevarte a una habitación para huéspedes. De hecho, vamos todos así dejamos nuestras cosas.—Dijo Justin y comenzó a caminar hacia un pasillo. Entonces todos lo seguimos.

Nuestros pasos hacían ecos en los cerámicos blancos, el pasillo por donde nos llevó Justin daba una curva bastante extraña ya que la casa era completamente cuadrada, pero al final del gran pasillo, llegamos a donde había una escalera y comenzamos a subirla. Llegamos al primer piso después de la planta baja, y comenzamos a caminar pasando por un lugar lleno de puertas. Entonces Justin se detuvo en el medio del pasillo, se giró hacia una puerta y la abrió.

—Esta está libre. Tiene dos camas.—Dijo Justin mirando hacía donde estaban Andy y Xan.

—Yo quiero una con una cama grande. De hecho quiero la que vayan a ocupar Oliver y Kells.—Dijo Andy. Entonces yo sonreí cínico sin poder creerlo. Ya sabía que Andy estaba celoso pero a veces se comportaba como un niño pequeño.

—No jodas...—Dijo Xan y agarró del brazo a Andy para arrastrarlo hacia la habitación. Ellos dos se veían graciosos juntos porque Andy es medio metro más alto que Xan. Y en ese momento ambos desaparecieron de nuestra vista aunque la puerta seguía abierta— Fuu-ck ¡Qué buenas camas, quiero ambas! —Exclamó Xan y soltó una risa floja.

MidnightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora