🌱 M i p e q u e ñ o 🌱 Sope • Hopega

¿ C o n f i a n z a ?

Hoseok soltaba suspiros cargados de melodrama en lo que bebía los últimos rastros de café en su taza. Muy pronto sería la hora de irse a trabajar, la idea no le agradaba del todo, pues estaba lejos de superar su resaca, pero como todos los lunes debía resignarse y asistir. Después de todo y para su infortunio; él era el jefe.

Acomodó su corbata y caminó hacia la puerta, pero antes de que siquiera tomara el pomo, unos apenas audibles pasitos lo detuvieron.

—Señor Jung ¿ya se va? —murmuró un Yoongi somnoliento.

Hoseok sonrió. Le causaba ternura y gracia ver a Yoongi atrapado en sus enormes pijamas, descalzo y con el cabello hecho un lío.

Todavía no podía creer que había dejado a un desconocido quedarse en su casa así sin más, pero por alguna misteriosa razón Hoseok confiaba en Yoongi y creía con firmeza que no era una mala persona. Sólo bastaba verlo recién levantado para darse cuenta de que en ese niño no había ningún tipo de maldad.

—Si, me voy. Adiós Yoongi.

—¡Adiós señor Jung!

Hoseok le mostró una última sonrisa antes de salir de su casa.

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El sonido de la puerta cerrándose frente a él haciendo eco por todo el lugar le traía malos recuerdos. El señor Jung se había marchado y él se encontraba sólo de nuevo.

"¿Qué debería hacer ahora?"

Se preguntó.

El señor Jung no le había dado ninguna indicación específica, es más, el día anterior simplemente se había dedicado a arreglar la puerta del cuarto averiado y a prepararle una habitación diferente para que durmiera.

Habían hablado mucho, le prestó sus pijamas e incluso le dio de cenar. En ningún momento le dijo qué debía hacer cuando no se encontrara en casa o si había algo que no debía hacer. Toda esa libertad se sentía raro.

Yoongi golpeó sus mejillas. Por lo menos, sentía que debía hacer algo para compensar la amabilidad de su mayor, miró a su alrededor y notó que había bastante desorden, entonces pensó que quizás lo mejor sería comenzar por la limpieza de la casa.

Fue al cuarto de lavado y lavó muy bien toda la ropa que se le había prestado; también por supuesto la que se encontraba sucia, lavo el baño, fregó la cocina, limpió toda la casa y regó las plantas en el balcón. Para cuando terminó todo, ya era casi de noche.

El joven sonrió satisfecho al ver todo limpio. Entonces, su vista comenzó a tornarse borrosa y amarillenta, sin que se diese cuenta ya estaba tambaleándose en medio de la sala, se sentía tan cansado y débil; Todo daba vueltas... y así fue como... terminó inconsciente.

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—¡Hoseok! ¡Maldita sea estaba preocupado!

Park Jimin, amigo íntimo de Hoseok y vicepresidente del grupo "Jungsik" entró gritando y pateando la puerta de la oficina de Jung como si acaso fuese la cosa más natural del mundo.

—¿Buenas... Noches? ¿Jimin? Creí que no te vería hasta mañana ¿Qué tal te fue en tu viaje de negocios? —Hoseok sonrió con calma, contrastando con la agitada actitud de Jimin.

Y el nombrado no le encontraba nada divertido al asunto y con las manos en la cintura, se puso de pie frente al pelirrojo con el entrecejo fruncido.

Hoseok río cerrando sus ojos, esperando por el "regaño de mamá" de su amigo.

—¡No me vengas con esas idiota! me dijeron que habías ido a un club sospechoso ¡de nuevo! y que a parte de desaparecer en plena reunión, no diste señales de vida en todo el fin de semana. —regañó Jimin "intentando" lucir amenazante. Fallando rotundamente pues al final terminaba luciendo cómo un lindo Chihuahua.

—Ah sobre eso, estuve un poco ocupado.

—¿Ocupado? ¡Ocupado mi trasero!  Incluso adelanté mi vuelo porque pensé que te habían secuestrado o algo así.

—Te preocupas demasiado Jiminie, estoy bien. Aunque, si te soy sincero, no recuerdo nada de lo que pasó este sábado.

Jimin suspiró, cansado de que su amigo hiciera idioteces en su tiempo libre. Él era el actual propietario y líder del grupo Jungsik, el conglomerado empresarial más grande de Corea. Ya no era ningún universitario que podía andar perdiendo el tiempo y beber hasta la inconsciencia todos los fines de semana.

—Esta bien. Olvídalo. Me voy a casa —Jimin presionó el puente de su nariz y se dirigió hacía la puerta—. Al menos, ahora sé que estas vivo.

—Oye Jiminie, antes de que te vayas —Hoseok lo detuvo— ¿Qué dirías si... un amigo tuyo deja que un desconocido, que encontró en la calle, se quede en su casa y haga lo que quiera mientras no esté?

Jimin se giró a mirarlo confundido.

—¿Por qué me haces una pregunta tan específica? Diría que es un idiota y que seguro se aprovecharon de su amabilidad para robarle.

—¿Y si se tratase de un chico pequeño y estúpidamente adorable?

—¡Oh! Entonces creo que tu amigo se dejó engañar de alguien que parecía inocente y ahora de seguro le están robando.

—¿Por qué siempre miras las cosas de ese modo? Imagina a un niño inocente que escapó de casa, solo y tarde en la noche ¿Acaso no sentirías deseos de ayudarlo?

—Hoseok, por favor dime que ese amigo tuyo no es Namjoon.

Hoseok tenía suerte de que su amigo Namjoon fuese ese tipo de persona en exceso caritativa, de ese modo el podría salir ileso de aquella hipotética conversación.

—No puedo decirte quién es.

—Bueno. Si ese chiquillo es realmente un santo, entonces supongo que tu amigo es demasiado bueno para ser verdad o tal vez, sólo le "gusten" los niños.

—Supongo que ignoraré la parte de "le gustan los niños" ¿Lo ves? mi amigo no es un estúpido después de todo.

—Cómo sea Hoseok, soló quiero descansar y POR FAVOR asegúrate de cuidar de ti mismo y de tu imagen a partir de ahora.

—Esta bien, adiós Jiminie.

—Adiós.

Hoseok se relajó en su silla, sintiéndose menos preocupado tras hablar con Jimin.

Aunque... estaba sorprendido. Su fe en Yoongi era tan ciega, que era casi ridículo. Supuso que quizás algo debió pasar esa noche que aun no lograba recordar, algo que lo impulsó a llevarlo consigo a su casa, algo que hacía que no se sintiese angustiado con dejarlo solo en su apartamento. Solo que no sabía qué.

Y ahora que el pequeño rubio se colaba entre sus pensamientos ¿Qué tal lo estaría pasando?

Tal vez ya era hora de irse a casa.

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Haha re kk.