Tras aquel encuentro orquestado por el destino (según Hoseok), el susodicho se ofreció a prestarle ropa al bello joven y como parte de un inusual impulso, le invito a desayunar junto a él.No entendía muy bien todo pero no quería parecer grosero delante de él, mucho menos hacerle sentir ofendido y era por eso que, a pesar de no poder recordar la noche anterior, quiso ahorrarse preguntas que pudo haberle hecho ya. Incluso si hacer eso significaba mantener uno de esos silencios incómodos que no le agradaban.
—Señor Jung ¿le ocurre algo? —preguntó el rubio, notándosele un leve tono de preocupación.
El chico no le había hablado demasiado. No obstante, las pocas veces que lo hizo se dirigió hacía él como "señor Jung" o "usted" con un respeto casi inexpugnable, mismo que le despertó tanto molestia, como curiosidad por saber de dónde lo conocía o la diferencia de edad que había entre ambos.
—No te preocupes, estoy bien. Disculpa si soy grosero al preguntarlo pero ¿Qué edad tienes?
—Tengo diecisiete. —respondió el joven rubio con absoluta serenidad.
¡Diecisiete años! ¡eso significaba que era menor de edad!
El pánico invadió al mayor. Se preguntó si es que acaso se había vuelto loco al terminar envuelto con un chico de esa edad. Y no es que Jung sea una persona vieja, solo tenía veinticinco y medio, pero eso no significaba que podía andar por ahí acostándose con chicos menores.
¡Un criminal! ¡Eso es lo que era! Su trabajo y reputación estaban jodidos.
El hombre removió sus rojizos cabellos y sorbió con completa ansiedad y terror de la taza de su amargo café.
—Anoche... estaba bastante ebrio y no recuerdo muy bien lo que ocurrió. ¿Podrías por favor... decirme todo? —dijo Jung, avergonzado de lo que había acabado de preguntar pero dispuesto a tomar responsabilidad por sus actos.
—Está bien, lo entiendo, ayer usted lucia realmente mal.
Hoseok suspiró, estaba muy consciente de que cada vez que bebía demasiado se convertía en una persona por completo diferente, en ocasiones vomitaba e incluso se desmayaba y eso... ¡eso sólo aumentaba la vergüenza que sentía en ese mismo instante!
—¿Y bien? —inquirió entonces preocupado.
—En realidad ayer... debido a ciertas circunstancias yo —El joven hizo una pequeña pausa— ...No tenía donde pasar la noche. Entonces terminé sentado en las afueras de ese ruidoso lugar con muchas luces.
—Te refieres al club. —interrumpió aclarando el pelirrojo.
—Oh ¿así le dicen? bueno, estaba por irme de allí, pero entonces usted salió del interior del lugar, se sentó a mi lado e inicio a conversar y hacerme preguntas.
—¿Q-qué tipo de preguntas? —cuestionó Jung preocupado de haberle hecho preguntas inapropiadas.
—Cuál era mi nombre, el porqué estaba allí, mi edad. Esas cosas.
—¿De verdad?
—Si. Luego de eso le mencioné que no tenía donde quedarme y usted me ofreció quedarme en su casa.
—Entonces tú... ¿aceptaste?
—Sí. —dijo con simpleza aquel chico.
—¿Por qué hiciste eso?, sí un borracho en medio de la noche te dice que te vayas con él ¡deberías sacarlo a paseo! ¡Por Dios!
Hoseok estaba un poco desconcertado por la actitud descuidada e irracional del joven frente a él.
—¿Por qué? ¿los borrachos son gente mala? —El joven ladeó su cabeza, confundido.
—¿Qué clase de pregunta es esa? ¡Por supuesto! ¡son gente que no está consciente de lo que hace! ¡debes alejarte a toda costa de ellos!
—Pero señor Jung... ¿acaso no es usted un borracho?
Al contrario del anterior razonamiento del chico, aquella pregunta había tenido demasiado sentido, no obstante, Jung no podía evitar sentir que le explicaba a un niño el porqué no debía recibir caramelos de los extraños, lo irónico del asunto, era que él se había convertido en el extraño que ofrece caramelos.
—A-anoche fui uno de ellos...
—Pero anoche seguí al señor Jung y no pasó nada, así que no es un borracho malo.
—¿Eh? ¡¿no pasó nada?! ¿a qué te refieres?
—Pues cuando llegamos usted empezó a decir cosas sin sentido y vomitó sobre mi camisa, luego se disculpó y se fue a su habitación —explicó el chico— .Pero antes de caer dormido me dijo que pusiera mi camisa en la lavandería y que durmiera donde quisiera.
—¿Y allí fue cuando fuiste al cuarto con la perilla averiada? —dedujo Hoseok.
—Sí.
Jung hundió su avergonzado rostro en la mesa y soltó un largo suspiro lastimero, él había actuado con tan poca decencia y ese chico había sido su principal testigo. Su único consuelo era que por lo menos no había cometido ningún acto delictivo.
—Lo siento... soy un terrible bebedor... debió haber sido muy incómodo para ti. — se disculpó Hoseok aún en la superficie de la mesa.
—Yo no lo creo así, ayer estaba muy triste y usted fue muy amable conmigo.
—¿En serio? —Jung levantó su rostro rápidamente para encarar al pequeño.
—Sí. —El pequeño le sonrió.
Y Hoseok nunca había visto sonrisa más adorable que esa, los dientes del pálido eran tan pequeñitos que sus encías podían verse a la perfección. Era honestamente bastante encantador.
—Oye chiquillo ¿Cuál es tu nombre? —Le sonrió el mayor.
—Es... Min Yoongi.
—De acuerdo, Yoongi ¿crees que pueda preguntarte una cosa?
—Está bien.
—¿Por qué no tienes donde quedarte?
Al escuchar su pregunta, el semblante de Yoongi cambió por completo. La tez del pequeño bajo varias tonalidades, atrapó sus labios entre sus dientes y su respiración se tornó irregular. Estaba tenso y sus manos presionaban con fuerza el borde de la larga camisa que le había prestado el pelirrojo.
—L-lo siento, sí es una pregunta difícil de responder, no es necesario que lo hagas.
—Yo... escapé de mi casa. Si me quedaba allí yo...
—¡Dije que está bien! ¡no tienes porque decírmelo! —dijo el hombre, interrumpiendo a Yoongi.
De repente, Hoseok supo que no quería escucharlo. A simple vista Yoongi no se veía como el tipo de persona que huiría de su casa sin más, estaba seguro de que debía tener una buena razón para ello y a juzgar por su reciente cambio de actitud, no era nada buena.
—Pero-
—Está bien, está bien. Escucha lamento haber levantado mi voz—Hoseok volvió a interrumpirlo, ésta vez más calmado—. Puedes... quedarte aquí el tiempo que quieras, o al menos hasta que encuentres un sitio ¿De acuerdo?
—¿En serio eso está bien? ¿no sería una molestia?
—En lo absoluto. Si te dejo en la calle, probablemente mi consciencia me atormentaría por el resto de mis días, además nunca estoy en casa, por lo que me da igual.
—¡Muchas gracias señor Jung! ¡usted es el mejor de los mejores!
Y el más joven se abalanzó a abrazar a su mayor, a decir verdad Jung se sintió algo culpable, pues no existe tal cosa como un "borracho bueno" y él estaba muy lejos de ser el mejor de los mejores. Al mismo tiempo, sintió una calidez interna, pues no podía recordar la última vez que alguien lo había abrazado con tal sinceridad.
—¡Vamos pequeño! ¡me vas a terminar aplastando!
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Ohdioestoestanilegal
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🌱 M i p e q u e ñ o 🌱 Sope • Hopega
FanficUn día Hoseok despierta con resaca y sin poder recordar absolutamente nada de la noche anterior, el solo quería preparar su desayuno, pero entonces descubre que en su "modesto" apartamento se halla encerrado un ¿fantasma? o bueno quizás sea algo ma...