En la noche, las dudas se fueron acumulando en la cabeza de Yoongi como copos de nieve en el invierno.
Luego de lo acontecido en el pasillo del edificio, poco tiempo tuvo este para procesar qué era exactamente lo que había pasado, pues el mayor sólo se había dedicado a embriagarlo con su dulce actitud hacia el.
El señor Jung devolvió todas sus pertenencias a la casa y las acomodó en el lugar en el que estaban antes, luego le preparó su comida favorita para la cena e incluso se quedó en su habitación acariciándole el cabello un buen rato antes de darle las buenas noches y dejarlo allí, absolutamente avergonzado y confundido.
Sobra decir que toda la noche Yoongi se la pasó perdido entre sus pensamientos mientras miraba al techo de su habitación preguntándose una y otra vez si todo aquello que el mayor le dijo (e hizo) fue tal vez el producto de un desvarío y es que para empezar, se supone que los besos en labios se daban sólo entre las personas que se aman y se suponía y el señor Jung ya tenía a alguien que le gustaba, entonces ¿por qué el señor Jung lo había besado a él?¿qué era lo que debería hacer ahora?...pero más importante... ¿cómo se supone y debía tratar al señor Jung luego de eso?
La mañana tardó una pesada eternidad en llegar, entonces el chico no tuvo más opción que levantar su desalentado y aun adormilado cuerpo de la cama, para luego bajar desorientado las escaleras hacia el comedor, en donde irremediablemente se encontró con la principal causa de su insomnio.
—Buenos días, Yoongi. —Saludó Hoseok con su angelical sonrisa, completamente inconsciente de lo que ésta provocaba en el menor.
El pequeño Yoongi no pudo eludir aquel sonrojo que se instaló en sus mejillas al verlo y aún menos después de que Hoseok le diera un cálido beso en la frente.
—B-buenos días. —Respondió el rubio, tratando de no morir en el intento.
—Siéntate. Hace mucho que no desayunamos juntos.
El comportamiento tan tierno de Hoseok al tratarlo estaba ayudando menos que poco a ese sentimiento de incomodidad y vergüenza que quemaba todo su cuerpo, de verdad que Yoongi quería meterse en una cueva, pues con cualquier gesto, Hoseok lo podía hacer sentir inmensamente cohibido y vulnerable. No odiaba ese sentimiento pero aun así, era extraño.
El chico tomó asiento frente al pelirrojo. Sobre la mesa, estaba uno de los mas grandes favoritos de Yoongi, omelette relleno de queso y champiñones. Sin embargo poco se podía concentrar en la comida cuando tenía la insistente mirada de Hoseok sobre él.
Internamente, Yoongi se preguntaba si es que quizás su mayor hacía todas esas cosas sólo para divertirse viéndolo convertirse en un manojo de nervios.
—¿Está rico? —El pelirrojo preguntó.
—S-si. La comida del señor Jung siempre es deliciosa. —Murmuró Yoongi, desviando su mirada con timidez.
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—Taehyung... ¿puedo dormir hoy en tu casa?
El nombrado giró a ver sorprendido a su amigo ante aquella repentina interrogante. Después de todo, la mayor parte de la mañana Yoongi se la había pasado suspirando y mirando al vació.
Le pareció raro, pues Yoongi no era de pedir favores, llevaba el suficiente tiempo conociéndolo como para saber que odiaba depender de otros o sentirse en deuda. Entonces eso sólo significaba que algo le debió haber pasado ese fin de semana.
—¿Eh? esta bien...pero ¿por qué tan de repente? —Preguntó entonces Taehyung, quien era muy curioso.
—Es que...no puedo ver a mi hyung en este momento.
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🌱 M i p e q u e ñ o 🌱 Sope • Hopega
FanfictionUn día Hoseok despierta con resaca y sin poder recordar absolutamente nada de la noche anterior, el solo quería preparar su desayuno, pero entonces descubre que en su "modesto" apartamento se halla encerrado un ¿fantasma? o bueno quizás sea algo ma...