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POV JIMIN

Realmente amo Japón, es un país donde todo mi yo cambia. Me libera, me acoge, me hace sentir invencible, como si pudiera lograr todo lo que quisiera sin importarme lo demás. Ese lugar al que siempre quieres ir después de un agotador día, algo así como un oasis personal.

Dicen que hay personas a las que puedes considerar tu oasis, ojalá me permitiera considerarte como algo tan bello como eso, ojalá pudieras quererme como yo te quiero a ti. Ojalá fuera este viaje contigo y no con él.

Mirando la gran ciudad a través de la ventana del auto me permito divagar en mis pensamientos, todos remiten a ti. Me abofeteo mentalmente y me concentro en mirar el perfil de mi novio a mi lado, delineo con mis ojos su amplia frente, sus grandes ojos adornados de las más largas pestañas, la silueta de su nariz no tan abultada como me gustaría  (por no decir, por como es la tuya, tonto Jimin), sus carnosos labios rosados, su mandíbula masculinamente afilada.

Me sorprendo una vez más a mi mismo comparándolo contigo mentalmente, no puedo evitarlo. Entonces su voz me saca de mis pensamientos.

-Bebé, ¿Te gustaría cenar fuera antes de ir a ver el hotel?- tomando mi mano y dejando un casto beso en el dorso de la misma.

- Ah... claro, me parece bien, muero de hambre.- le devuelvo la sonrisa y se acerca para besar mis labios. Demasiado vacío.

Después de darle la indicación al chofer, nos dirigimos al lugar. Un costoso restaurante de comidas elaboradas, su fachada era de un estilo moderno, lleno de luces tenues y vegetación en las afueras, por dentro no era muy distinto, iluminación tenue que le daba un aspecto acogedor, tonos marrones en los muebles y para cerrar con broche de oro, una suave melodía rodeaba el lugar proveniente de un piano blanco ubicado en un mini escenario.

Tomamos asientos luego de esperar unos segundos por nuestra mesa y procedemos a hojear el menú, me decido por cerdo dulce con guarnición y Tae asiente gustoso por mi elección, normalmente nuestros gustos son similares, por eso congeniamos desde pequeños.

Le miro sonreirme con su característica cuadrada sonrisa y le devuelvo el gesto. Recuerdo como nos conocimos, en ese entonces sólo éramos unos niños que no tenían más preocupación que decidir el próximo juego a ejecutar o si nos volveríamos a encontrar el siguiente día. Mi yo del pasado jamás hubiese imaginado que terminariamos en ésta situación, pero lo que si tenía claro era que quería ser protegido por Tae durante mucho tiempo, así fue visto desde entonces por mi. Como mi protector y la persona que no le importaba pasarse la noche en vela cuidando de mi sueño.

Y que estos sentimientos me envuelvan a ésta altura del partido con respecto a Jeon es... me siento como si nos estuviera fallando.

La cena estuvo espectacular, al igual que la velada, nos la pasamos entre risotadas y anécdotas del pasado, compartimos tantas cosas que no nos alcanzaría la vida para rememorarlas todas.

Ahora estábamos en camino al hotel donde nos alojaríamos las próximas dos semanas, me emocionaba el hecho de pasar tiempo lejos de casa, estrés, trabajo y... ustedes saben el nombre de quien omitiré aquí.

Una vez aparcamos en el estacionamiento del lugar, nos dispusimos a ingresar rapidamente para permitirnos descansar. Entramos charlando animadamente, Tae pasó su largo brazo por mis hombros acercandome a él y deposita un dulce beso en la comisura de mis labios lo que me produce un leve cosquilleo y río por el momento tan cálido entre nosotros. Es imposible no estar de buen humor a su lado, cada problema se hacia del tamaño de una pequeña hormiga con sólo el sonido de si risa.

Continuamos bromeando mientras avanzamos, pronto su semblante cambia y sin darme tiempo a reaccionar me apega aún más a su cuerpo tomándome por la cintura y estampa sus labios con los míos, esta vez me besa posesivo, demandante a mi respuesta que tarda en llegar pero finalmente lo hace. Entonces me libera con mis mejillas sonrojadas, la respiración agitada y una vergüenza de otro mundo consumiendome por el espectáculo brindado en el hall del hotel.
No es hasta que le habla a un tercero que no entiendo su repentina acción, y no puedo sentirme más decepcionado y de alguna forma herido que en estos momentos por lo que hizo.

-Hey Jeon, ¡Que sorpresa tenerte aquí!- sonriendo en su dirección y ejerciendo más fuerza en su agarre a mi cintura.

Me quedo mudo, todo a mi alrededor gira y se detiene en su silueta acercándose a nosotros. Se ve tan bien que casi creo haber olvidado mi nombre, demonios... Por qué tenía que estar aquí mirándome de esa manera, sólo me lo pone más difícil, necesito alejarme de él y no hace más que aparecerse en cada sitio. Mentiría si dijera que muy internamente, en algún rincón, mi ser entero se alegra de verlo aquí y mis manos pican por tocar su suave piel otra vez.

-Lo mismo digo Kim, parece ser que Japón es un buen lugar para escapadas de amantes, ¿no lo creen?- dice mirando a Tae y luego a la hermosa mujer a su lado quien ríe levemente por el comentario.

Mi corazón late desbocado, ¿acaso esa mujer y el...?

-Así es, por algo Jiminie ama este lugar.- sonríe perversamente y muerde su labio, lo que produce que Jeon apriete su mandíbula pero logra disimularlo rápidamente.

- Bueno, es un gusto verlos aquí pero tenemos que retirarnos, una larga noche nos espera fuera,- envuelve la delicada figura de la rubia un tomandola por la cintura- ¿No quieren acompañarnos?.

-Suena bastante bien, ¿Qué dices bebé?.- haciendo énfasis y pronunciando de una manera melosa el "bebé".

-...- Parpadeo varias veces y quitando mi vista de sus manos entrelazadas y dirigo mi vista a mi novio.- Yo... estoy algo cansado para esto. Quizás en otra oportunidad.

-Bien amor, entonces subamos a relajarnos, fue un largo y hermoso día.- besando suavemente mis labios los que se mantienen tiesos por la situación- Entonces... nos vemos luego Jeon.

- Si, no se preocupen, debido a que estaremos alojados en el mismo lugar seguro surgirá otra oportunidad. - sonriendo ampliamente - Adiós.

Sólo pude ver como se alejaban riendo hacia la salida, no podía creer que él estuviera en posición como de hacer algo así, me siento morir cuando veo como le besa suavemente, posteriormente mira en mi dirección sorprendiendome in fraganti, lo miro estaticamente y lo veo sonreír antes de girarse y finalmente desaparecer por la gran puerta de vidrio.

Escucho a Tae llamarme pero no le presto atención, la imagen anterior se repite una y otra vez en mi cabeza. No puedo evitar sentir unos celos tremendos, en serio eres tan idiota Jungkook. Cuando siento como unos cálidos brazos me rodean por detrás salgo de mi trance y giro un poco mi rostro para mirarle.

-Ya está todo listo Jimin-ssi, subamos.

Asiento y tomo su mano tirando de él para besarlo fogozamente en un intento desesperado por aferrarme y reprimir mis sentimientos por Jungkook ésta noche. Se que está mal, pero no puedo... necesito olvidar, necesito volver a ser yo, volver a amar a Tae de la manera en que lo hice antes de que él llegara a poner de cabeza mi mundo.

Tonto Jimin... mil veces tonto.

[TO GET TO YOU]- KOOKMIN⚘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora