Incidente; FxM

# Seis

NARRADORA

Mangle llegó a su casa dos horas después de pasar el rato con Spring. Su casa, bueno departamento, constaba de lo básico, trabajaba para poder pagar la renta y eso. Todo estaba ha oscuras y silencioso, se acostumbro a eso, el silencio y oscuridad. Camino hacia la cocina, pero una mano la jaló, y le tapó la boca, asustada comenzó a patalear hasta que escucho una ronca risa, que le erizaba la piel.

  —¡¿Qué mierdas te pasa rojo?!—exclama, separándose bruscamente. 

  El solo se ríe—¡Responde!, ¡¿Cómo entraste?!

El se detiene—Meg, a mi y a estropajo nos diste una copia de las llaves de tu departamento, por si había una emergencia.

Ella bufa, sonrojada—Pues como ves, no hay ninguna emergencia, así que largo.

La expresión del pelirrojo cambio, a una seria.

  —¿Por qué?

 —¿Por qué, qué?—responde la Albina, extasiada.

  —¿Por qué...me besaste?

Este chico es estúpido, pensó la Albina, frustrada.

 —E-eso no importa, puedes irte.

  —Necesito saberlo, ¡Dime Meg!, quizá te pueda perdonar y volvamos a ser amigos...como antes, ya sabes.

No,no, no, yo no quiero ser tú amiga, ¡¿Por qué eres tan ciego?!.

 —Mejor vete...yo...ya no quiero ser tú amiga—mintió—¡Tú mismo dijiste que ya no te hablará!, ¡Tienes a chica!, ¿¡Por qué quieres que esté contigo!?. Las cosas...no funcionan así, Foxy.

  —M-Meg, entiéndeme...

 —No, no, ¡tú entiéndeme, eres tan...ahrg!...Un jodido ciego.

  —¿De qué hablas?— cuestiona confundido.

 —Y hasta sordo—dijo tocándose la frente—Lárgate.

  —Meg...por favor.

Negó, no quería llorar frente él. Él pelirrojo camino a la puerta, cabizbajo.

 —Dame...—lo detiene la Albina.

Quería pedirle las llaves, pero en eso quedaba, quería...Pues no pudo.

  —Olvídalo, vete.

Entonces se fue. 

......................................

Ojerosa, la Albina se levanto salió de su hogar ya con el uniforme, cansada, los ojos le ardían y el cuerpo le  pesaba, como si cargase plomo sobre su espalda. Ella vivía cerca de la escuela, pero apenas las piernas le respondían, igual, las obligo a moverse en dirección a la escuela.

No tanto trabajo duro, horas extras y cuerpo adolorido me sirvió para desaprovecharlo, quedándome dormida, siendo una floja, reprocho la Albina en su mente.

Llegó la escuela, encontrándose con la horrible escena de: Deuz esperándola.

Y Rojo besando a Chica.

¿Quién dijo horrible?, pensó sarcástica, puff, yo no.

Se dirigió ignorando el dolor en su pecho, y al moreno sonriente, enamorado.

  —¡Meg, e-espera!—llamo el moreno, cansada se volteó.

 —¿Si?

  —Eh, uhm...¿Q-quieres que...— se aclaró la garganta—te acompañe?

Cerro los ojos, contando hasta diez.

1

 —Deuz te he dicho.

2

  —Muchas veces que.

3

El la interrumpió—Lo sé, pero... yo no me rindo.

4

Ella bufo.

5

—No quiero herirte, por favor...

6

—¡Lo sé Mangle, pero yo...!

7

—¡No, Deuz, nada!, por favor ya basta, tú...te estás pasando del límite, por dios, ¿Cartas en el casillero?, ¡¿Y ahora esto?!, ¡No me hagas herirte, por que entonces no me tentaré el corazón, para romper el tuyo!.

8

—Meg...

9

—¡Ya...—le iba a gritar pero una voz la detuvo.

10...

  —¿No oíste, o eres sordo?, Meg acaba de decir que la dejarás en paz, ¡Déjala!

 La voz de Foxy, hace que la Albina tiemble.

  —Tú no te metas— exclama enojado, Deuz.

Parecían perros peleándose por comida, Meg hastiada se alejo de ahí.

Que se maten, pensó, igual los dos son unos pende...

 La campana sonó, interrumpiendo sus pensamientos, se dirigió a su salón, y espero pacientemente a sus dos amigos.

Entro dichosa rubia, riendo, la escurrió con su mirada, vestida muy bien, una coleta bien hecha y las puntas de su cabello rubio, de color verde. Chica venía riéndose con Golden, algo raro, pues hace tiempo no los veía juntos.

¿Por qué rojo me defendería?.

Seguramente por qué quiere ganarse tu amistad, otra vez.

Y ahí, en el salón de clases, su conciencia le arrebató las esperanzas a la Albina, respecto a el Pelirrojo, el cual la observaba desde un rincón del salón, tocando sus labios y sonriendo.