# Dieciocho

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MEG:

Planes maquiavélicos para hacer sufrir al zorro:
1. Ponerle las cosas difíciles

2. Prohibir al pudin inventándose la excusa al director de que da cáncer...
3. Ver qué más se me ocurre...

Sí, solo tres patéticos planes. ¡Oh! creo que no debería hacerlo, yo misma me dije que lo dejará...pero mis ganas de hacerlo sufrir un poco, nacieron de la nada. Sin duda es la mejor lista que he hecho—mi sarcasmo no tiene límites, señores—. Me dirijo a la oficina del director y saco de la carpeta que llevo en mano, un  documento que obviamente es falso y que dice: ¡Noticias de último momento, se ha comprobado qué el pudin es causador de cáncer!

Muy, muy abajo del documento le puse: Martes de pudin se acabó. En letras tan pequeñas que se leen si prestas bastante atención, claro qué, el director no leerá eso.

Y mi titulo de noticiero falso lo llame: Lie. Si el director fuera listo, sabría que lie significa mentira, ¿más pistas o qué?. Esto si que hará sufrir a Foxy.

Cuando entre a la oficina, coloqué el documento en sus narices, literalmente, venía con lentes de sol, una capucha que se arrastra en el suelo, toda una detective. Me veía un tanto ridícula.

—El pudin causa cáncer, debe prohibirlo.

El me mira sin ninguna expresión, pero teclea algo en la laptop que tiene. Ojalá me haga caso. No quiero suplicarle y decirle que es para vengarme de alguien, por suerte, solo musita:

 —Como sea.

Bueno, el plan número pareció funcionar. 

Realmente soy una genia. JA-JA-JA.
Cuando salgo, me tropiezo por el enorme abrigo y caigo al suelo. Y así, amigos míos no solo hago el ridículo, si no que compruebo que el karma realmente existe, bufó enojada y me levanto, me deshago del abrigo, y camino como toda una diva por el pasillo. Me pongo los lentes sobre la cabeza, mientras qué camino hacía mi casillero. Hay una rosa roja impregnada en la puerta de este, revolotee los ojos. 

 —Detesto que se confundan de casillero —exclamé tomando la rosa y leo la nota que esta amarrada a esta; para la bella Meg.

Hago una mueca y me sonrojo —¿Bella?, ahg, que empalagoso, moriré de cursilería, sé que la rosa no tiene a culpa pero—la rompo a la mitad y  la miró —, no quiero cosas como estás.

Me dirijo a el contenedor de basura y la echo ahí. Me dirijo nuevamente a mi casillero y veo una carta rosada que dice.

Perdóname Meg, acepta ir al parque. Foxy~.

Aplasto la carta entre mis dedos y gruño.

 —¿Es qué no te cansas?—mi voz se escuchó un poco débil, la situación comenzaba a dolerme más y más...

  —No.

Me sobresalté al escucharlo. ¡Parece que me acosa! rayos...

—Sí me permites decir, esa rosa no tenía la culpa —rojo me ve sonriente.

—Sí me permites decir, ¡déjame en paz! —exclamo—. Y claro que no tenía la culpa, pero, todo lo qué viene de ti, tiene culpa, así que por consiguiente, si tenía la culpa.

—¿Cómo sabias que era mía?

—¿Por la carta, quizás?—dije sarcástica.

—Lo que digas, entonces, ¿aceptas ir?

 —¡Creo que ayer te dije que no!

 —Pero yo no me rindo, ¿lo sabes?—ahora lo sé a la perfección...

 —¡Claro que lo sé y por eso aceptaré con la condición de que me dejes en paz!

El rueda los ojos—Bien...

*********

EN EL PARQUE:

Íbamos en silencio durante todo el camino. Pateo una pequeña piedra que estaba por ahí y cae en un charco de agua que estaba por ahí. Volteo a ver a rojo y lo miro viendo dos rosas de color rosa y rojo unidas. Eran preciosas. Una rosa amarilla se alzaba detrás de esas dos, pero al lado de esa amarilla había otra del mismo color pero más fuerte.

 —Son unas bellas rosas —dice.

  —Eh, si...claro.

Nos acercamos a ellas. Pero justamente mis ojos se topan con una que está alejada de color roja y amarillo con tallo verde. Frunzo el ceño y un nudo en mi garganta se apodera de mí, el enojo fluye y me alejo de las rosas como si fueran lo más peligroso del mundo.

 —¿Ocurre algo? —me pregunta él.

 —¿A qué venimos Foxy?. Estoy perdiendo la paciencia.

El suspira.

 —Me enteré del engaño de Chica, terminé con ella...

Lo miro y sus ojos muestran sinceridad. Mis ojos vuelven a recaer sobre la rosa roja y amarilla.

—Pero tú la amas.

—Sí pero...¿cómo amarla cuando ella ama a otro?

Entonces mi vista se dirige a las dos rosas amarillas juntas.

—¿Piensas abandonarla?, ¿la perdonarás?

—Ella nos engaño a Golden y a mi. ¿Cómo podré perdonarla?, quizá en un tiempo, pero definitivamente la abandonaré. 

Lo miro y mis ojos se cristalizan.

—¿Y por qué me dices esto?

—Porqué fui un tonto al no creerte, y quiero recuperarte...Te extraño, sé que fui el mayor idiota de todos...—mordí mi labio inferior, él se acerca a mí.

—No lo sé. 

 —Quiero demostrarte que estoy dispuesto a superar cualquier obstáculo con tal de recuperarte a ti...la persona que quiero.—mi corazón volvió a encogerse. Le doy la espalda.

—¿Ah, si?. Pues deberías empezar desde ahora.

Lo escucho reír y mi corazón se acelera.
¿Por qué dejo que tengas este efecto tan grande en mí?

 —Que bueno que preparé todo—me toma de la mano y me jala a una parte del parque donde hay una mesa con un mantel blanco, dos sillas, y flores rosas y rojas en medio.

—Sorpresa —susurra en mi oído. Un escalofrío me recorre, acompañado de la confusión.

—N-no-no, entiendo, quieres que sea tu a-am-amiga, ¿por qué haces esto?

El mira al suelo.

—Realmente, aún no lo sé. Pero...sé que lo hago por algo...algún motivo que no sea querer recuperar tu amistad, ehmm...¿quieres sentarte?—cambio de tema, viéndose nervioso. Aquello me hizo sonreír sutilmente. Aquí empezamos con lo de 'ser difícil'. 

—Muy bien Foxy, buena sorpresa pero, no la acepto—me acerco a él y le beso la mejilla veo como se sonroja y yo también—. Será un largo camino para obtener mi perdón...

Y me largo de ahí, dejándolo con su sorpresa solo.



Incidente; FxM Donde viven las historias. Descúbrelo ahora