Treinta y uno

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MEG

Limpie mi cara con agua fría. Suspire, y me sentí observada, ignore esa sensación de inseguridad y volví a la mesa. Me senté al lado de Joy.

Ella me miro preocupada, ella sabía que hizo de ir al baño solo era una excusa. Más no dijo nada y continuo hablando con Freddy y Bon. Durante todo el receso pase muy ausente.

HORAS DESPUÉS

-¿Segura que estás bien?-preguntan por milésima vez Bon y Joy.

-Lo estoy-afirmo por milésima vez.

-Pues no pareces-dice Bon.

-Tranquilos, todo está bien-los calmo.

-Sí tú lo dices-responde nuevamente-¿Dónde dejaré el violín de Cami?, ya está destrozado pero no quiero tenerlo en mi casa.

-Mira, puedes quemarlo, hazlo cenizas-propongo.

-Es buena idea-dice-Bueno, me tengo que ir, ¡adiós chicas!

Bon se despide y se va.

-Ya estamos solas, dime la verdad-me mira Joy.

Suspiró pesadamente. No es porqué le tenga más confianza a Joy que a Bon, no, a ambos les tengo la misma confianza, pero, Joy no se irá hasta que le de la razón.

-Foxy... -susurro -Raramente...olvido...nuestra cita.

Ella abre los ojos sorprendida.

-Pero, eso, no puede ser, al menos que sea muy olvidadizo, pero...¿segura que no está bromeando? -me soba el hombro delicadamente.

-Eso lo veré mañana, asistiré a la cita y si falta...realmente lo olvido -murmuro.

-No te desanimes, si fue broma lo que te dijo, cuando lo veas mañana dale una patada en su entrepierna que lo deje estéril -bromea y yo rió.

-Lo haré.

-Bueno, cuídate, tengo que irme.

Ella se va. Miro hacia el cielo y rezo esperando que allá sido una maldita broma. Camino directo a mi departamento, me lanzo al sillón, veo a Copito dormido cerca de la ventana, me doy media vuelta y cierro los ojos, durmiéndome al instante.

*/*/*/*/*/*

Desperté perezosamente por la alarma que me indicaba que era hora de estudiar. Me tallé los ojos y entre al baño. Me duche y me puse el típico uniforme escolar, me colgué mi mochila, y salí de mi departamento.

Camine por las calles hasta llegar a la escuela, llegue al salón y me sente en mi habitual pupitre, veía a todos viendo sus libros, otros corrigiendo algo en ellos. Los miró confundida y entonces recuerdo. ¡No hice la tarea!. El profesor de está materia era muy exigente, rápidamente saque mis cuadernos y comencé a resolver lo que nos dejo.

Detestaba hacer la tarea.

-No, yo te amo más -los dos rubios, Golden y Chica andaban de empalagosos frente a todos, por si se preguntan a Foxy le da igual su relación, lo supero.

Estaba nerviosa. En unos minutos tocarían la campana que anunciaba la salida de la escuela, mire a Foxy sonrojada, por favor, que sea una broma de parte tuya. El me miro y me sonrió.

Yo le correspondí esa sonrisa.

Sonó la campana y miré por última vez a Rojo.

-Adiós -me despedí de mis dos mejores amigos, miré a Foxy -A-adiós rojo -el me acaricio la mejilla y me dio un beso en la frente, me sonrió.

-Adiós enana.

Me dirigí a Spring e igual me despedí de él.

Llegue a mi casa lo más rápido que pude. Saque un lindo conjunto de ropa de mi armario, me metí a bañar, miré el reloj, a las dos de la tarde era nuestra cita y eran apenas las una. Nuestra cita era en un restaurante algo elegante pero no exagerado. Mi conjunto era un short y una blusa negra casi transparente en la parte de los brazos y cuello.

Me lo puse rápidamente, salí corriendo de mi casa, eran las una cuarenta y dos, que bueno que el restaurante no quedaba lejos. Llegue y me senté en una mesa. Alguien llego a atenderme pero le dije que esperaba a alguien. Miré el reloj en mi muñeca. Una cincuenta y dos.

Espere un poco más.

Quizá trata de sorprenderme...

Quise creer.

Pues vaya sorpresa de susto...

Mire nuevamente mi reloj. Dos uno. Suspira Meg, no te alteres. No te alteres. Un minuto tarde no te afecta, ¿o sí?. Las manecillas que daba mi reloj me parecieron eternas. Ni siquiera sé cuanto tiempo paso, hasta que alguien volvió a atenderme.

-¿Quiere algo de tomar? -ofrece la joven.

Mire mi reloj.

Ya eran las tres.

-Y-yo -mis ojos se cristalizaron. Cerré mi mano en puño y apreté con fuerza clavándome las uñas en mi palma -Un capuccino está bien -susurre.

-¿Algo más?

-Sólo eso -dije mientras enterraba más mis uñas.

Ella asintió y se fue. Abrí mi palma, y vi la marca de mis uñas marcada en mi palma, poco a poco pequeñas gotas de sangre comenzaron a salir.

Él me planto.

Se olvido de nuestra cita.

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*Trae el clorox y se lo bebe bien rápido*






Incidente; FxM Donde viven las historias. Descúbrelo ahora