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- Jungkook, ¿Qué haces por aquí?.

Tae se para un momento.

- He ido a pedir información sobre unos cursos.

Jungkook mira a Mara y a Tae varias veces.

- Oh, perdona. Te presento a Mara. Va a nuestro instituto.

- ¿Ah, sí? - Jungkook le sonríe.- ¿Eres nueva? No te había visto nunca antes.

- Sí, soy nueva - contesta Mara. Observa al chico con atención. Parece que está siendo sincero, y se siente algo mejor. Posiblemente no destaque tanto como ella piensa.

- Podemos hablar si has pensado en matricularme aquí. Yo ya he mirado un par de posibilidades.

Tae le pasa a Jungkook una hoja llena de apuntes sobre cursos y números se referencia.

- Sí, la verdad es que debería matricularme en alguno de esto.- Jungkook le echa una ojeada al papel.- Pero por otra parte, me atrae la idea de no complicarme la vida el último año de instituto.

Mara ya no es el centro deatención, y suspira aliviada. Debería aprovechar para marcharse ahora que la situación es buena.

- Oye, yo me tengo que ir - susurra, esbozando una pequeña sonrisa.

- ¡Claro! Jungkook, luego te llamo.- Para sorpresa de Mara, Tae se despide de su amigo y continúa caminando a su lado.- Bueno, ¿Adónde vas?.

- A casa.- Aunque la llame así, Mara se da cuenta de que no es la palabra más adecuada. El apartamento de su hermano puede ser su casa actualmente, pero ella no la siente como su hogar. En lo absoluto.

- ¿Quieres que paremos por el camino y tomemos un café? - le pregunta Tae.

NO.

No quiere tomar ningún café. Quiere estar sola. Sin embargo, no puede evitar pensar que, en el pueblo, cuaquiera de sus amigas estarían emocionadas porque un chico como Tae le pidiera para salir. Se pregunta como se hubiera sentido si le hubieran hecho la misma pregunta, digamos, hace un año. ¿Se habría sentido alagada? ¿Le hubiera gustado la idea? ¿Le habría gustado él? Mara hace un esfuerzo para imaginar como hubiera actuado el invierno pasado. Pues claro que le hubiera gustado. ¿Y por qué no le iba a gustar? Es lindo y hasta lee libros. Una pena que la chica del año pasado haya muerto.

- Bueno, y ¿Qué me dices? - El chico se cuelga la mochila en el hombro derecho y esboza una sonrisa.- Hay un local genial a unas cuantas calles más allá. El mejor capuchino que hayas probado nunca y las tartas no están nada mal.

Primero un café, luego vendrá una película. Después unos cuántos paseos por el parque. Mara ya sebe como funcionan esté tipo de cosas. Y más adelante vendrán los sentimientos. Solamente de pensar en ello se le pone la piel de gallina. Ella ya ha terminado con sus sentimientos. No quiere volver a sentir en lo que le queda de vida.

- No, gracias.- Incluso a ella le choca lo fría y seca que ha sonado la respuesta.

Perfecto. Tae se encoge de hombros. Parece un poco decepcionado.

La vida está llena de decepciones, Tae. Mara le da una patada a una piedra del camino.

- De acuerdo, otra vez será.- Pero por alguna razón, no se despide. Sigue caminando junto a ella.

¿Por qué no se marcha? Mara se impacienta. A lo mejor le gusta lo que oye. Quizás está buscando un desafío.

Por un momento se pregunta que pensaría él si viera las marcas de las heridas en sus brazos. ¿Sería eso suficiente reto para él? Nunca se las ha enseñado a nadie, y por supuesto, él no va a ser el primero. Pero, aún así, ¿Cómo puede quitárselo de encima?.

- ¿Cómo es que estás viviendo con tu hermano?- le pregunta Tae.- ¿Es que tus padres se han tomado un año sabático? Porque me acuerdo que tu hermano comentó que eran especialistas en el mismo campo.- Vuelve a sonreír, totalmente ajeno al efecto que está teniendo sobre ella.

¿Será como Jungkook? ¿Verdaderamente no sabe nada de ella? ¿O es que está esperando a oír las palabras?.

- No se han tomado un año sabático.- La voz de Mara suena con dureza. Para de andar, se gira y mira a Tae sin vacilar. Directamente a los ojos. Tan de cerca que puede ver su iris color azul como el mar o tal vez como el cielo. Tiene unos ojos bonitos y sus lunares en la parte de la nariz y el labio puede ser hipnotizantes, pero eso a ella difícilmente le puede importar ahora. Él le devuelve la mirada. Ya no sonríe, sino la mira con la misma intensidad. Cualquiera que pasará ahora junto a ellos pensaría que son pareja. Deben hacer una bonita imagen allí de pie, mirandose fijamente bajo la sombra que crean los frondosos árboles.

- Pero tus padres son profesores, ¿No?.- Él rompe el silencio.- Tus padre es antropólogo y tu madre arqueóloga. Porque una vez yo fui...

- Están muertos.- Mara pronuncia las palabras con frialdad e indiferencia. Le gusta ver como Tae se pone pálido más de lo normal.- Muertos - repite para asegurarse de que le haya quedado claro.- Y yo los maté.

La chica con la sonrisa rota 《Kim Taehyung》 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora