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- De acuerdo, lo comprendo.- Le toma de la muñeca y observa la sangre que empieza a secarse.- Entiendo que sea duro para ti, pero no creo que está sea la mejor manera de solucionarlo.

- Cuando estés en mi lugar ya me dirás lo que debo hacer.- Mara aparta el brazo con fuerza y la sangre vuelve a brotar de las heridas.

- Ten cuidado, ¿sí? - La suelta Tae. Se pone a buscar algo en su bolso.- Aquí está.- Saca una caja de curitas y una botella de agua oxigenada y una caja de algodón.

Mara le mira detalladamente. Una cosa es que ella lleve ese tipo de cosas en el bolso pero...

- Estoy en el equipo de remo - explica Tae.- Salimos al río tres veces por semana. En cualquier cosa, me salen un montón de ampollas al remar y lo último que necesito es que me entre agua sucia en una herida abierta.

Mara asiente. ¿Debería limpiarse delante de él? ¿Prolongar este encuentro que no le ha traído más que angustia? Lo más inteligente sería levantarse y huir corriendo. Dejar el trabajo en la biblioteca, evitarle en el pasillo, no volver a verla nunca más.

- Venga, tú misma - dice señalando los vendaje.

Por alguna razón la idea de curarse delante de él le resulta embarazosa, es algo tan privado e íntimo como el mismo hecho de cortarse. ¡Total! Inconscientemente repite las palabras de Tae en su interior. ¡Hace un momento estabas dispuesta a acostarte con él!.

Con in suspiro habré ma botella de agua oxigenada y vierte un poco sobre el algodón.

Mara debería ser una experta en este tipo de cosas a estas alturas, pero parece que está teniendo dificultades. Por una parte, ella es diestra, y estaba herida está situada en una parte del brazo derecho que resulta difícil alcanzar con la mano izquierda, y por la otra... Todo lo ocurrido está tarde ha acabado con ella. Está completamente agotada.

Frota un par de veces la herida con el algodón antes de dejarlo caer sobre sus piernas.

Cierra los ojos y se da por vencida. Está demasiado cansada.

Mara está recostada en el banco, piensa en si debería quedarse dormida allí mismo, e intenta con todas sus fuerzas olvidar lo ocurrido en la última hora. En ese momento, siente la mano de Tae en su brazo. Y ahora, ¿qué?.

Abre los ojos, preguntándose que está haciendo él ahora. ¿Se avecina otra discusión?.

¿Un sarmón sobre su falta de higiene? Pero parece que está vez Tae pasa de discutir.

Esta totalmente concentrado en el brazo y examina las heridas que ella misma se ha provocado. Ella le mira con los ojos entreabiertos. Él vuelve a coger el algodón y con suavidad se limpia la herida. Tiene unas manos bonitas, grandes y suaves. Mara no logra recordar cuál fue la última vez que alguien la tocó así. De hecho, él está siendo mucho más cuidadoso que ella cuando se desinfecta algunas de las heridas más recientes. Con destreza, le venda las heridas y le baja la manga.

Durante este rato, los dos han estado en silencio. Y ahora, aunque Mara siente que debería darle las gracias, no solo por lo que acaba de hacer, sino por haberle guardado el secreto, no logra encontrar las palabras adecuadas.

Parece que Tae también quiere decirle algo, pero no sabe que decir ni cómo. Así que ambos se quedan ahí sentados mirandosen en silencio. La noche va llegando y se apodera de todo a su alrededor...

La chica con la sonrisa rota 《Kim Taehyung》 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora