Escuela de Villanos [1]: Los Inicios

Día 6: Rain

Rain siempre había sido muy confiado de sí mismo. Jamás se había enamorado, por ejemplo, pero sabía qué hacer y cómo para enamorar a quien quisiera en la escuela. Por el momento prefería mantenerse soltero, con miles de chicas que lo admiraban y harían lo que fuera para tener un momento con él. Sin embargo, en esta prueba le sucedió lo más extraño de su vida, y que jamás se hubiera imaginado que le sucedería.

Pero vayamos cronológicamente: lo primero que pensó cuando empezó la prueba fue "buenísimo, una prueba para desaprobar de la mejor manera: acampando en el bosque." Lástima que estaba solo, con amigos hubiera sido más divertido, sobre todo si Slade fuera tan amable de crear una llovizna para él... Ay, amaba el agua.

Aunque, después lo pensó mejor... y ellos solo se pondrían muy preocupados a buscar cofres... bah, mejor estar solo.

De todas formas, su idea era pasárselo a lo grande: dormiría siestas, estaría en contacto con la naturaleza durante seis días sin tener que preocuparse por los estudios del colegio, se relajaría del ruidoso de su padre, ya que él sabía que estaba "ocupado haciendo una prueba" de modo que no podía llamarlo para molestar y lo más importante de todo: quizá podría encontrarse con algunas chicas para divertirse.

Pero sucedió algo mucho más interesante que todo esto que estaba planeando: conoció a Lavanda. Sucedió por casualidad, sus caminos se cruzaron. Se encontraba a punto de tomar una siesta bajo un árbol, cuando apareció.

—¿El día recién comienza y ya vas a dormirte una siesta? —le preguntó una voz femenina con un acento interesante, sutilmente diferente, que le hizo abrir los ojos con curiosidad—. Pensaba robarte tus puntos, pero a juzgar por tus evidentes pocas ganas de buscar cofres, presumo que no tienes ninguno.

—Qué chica inteligente, estás en lo correcto —le respondió, elevando su vista para ver de quién se trataba: era una chica de mediana estatura, con el cabello largo, rubio y lacio, con algunas mechas violetas y unas pequeñas onditas al final.

—"Oh, wow" —pensó Rain—, "hola, bombón. Quizás la siesta puede esperar."

—¡Oh! —exclamó ella al verlo mejor—. ¡Eres Rain!

Sí, los beneficios de la popularidad, una chica bonita lo reconocía en el medio del bosque.

—Hola —la saludó—, y tú eres...

—Lavanda, mucho gusto —completó ella con una risa nerviosa que estaba acostumbrado a provocar en las féminas. Pero su risa le pareció especialmente linda, diferente a las demás.

—¿Cómo sabes mi nombre? —le preguntó Rain, fingiendo sorpresa—. Creo que no te había visto antes.

—Ay por favor —le respondió ella—, no seas modesto, todos lo saben, y últimamente se ha estado hablando mucho de ti en la escuela.

—"¿Últimamente? Siempre deberían estar hablando de mí."

—¿Ah sí? ¿Qué dicen?

—Se rumorea que tu padre, Volto, está en el colegio.

Rain suspiró. Pues sí, era difícil que el viejo Volto pasara desapercibido en un colegio de villanos donde todos los alumnos lo admiraban.

—Y entonces, ¿no estás buscando cofres?

Lavanda lo miró extrañada mientras le hacía esa pregunta.

—Pues no —le respondió Rain—, no tengo interés en ganar esta prueba.

—¿Qué? ¿El mismísimo hijo de Volto planea perder? —Lavanda lo miraba incrédula—. Qué lástima, yo te iba a pedir que buscáramos cofres juntos, hubiera sido agradable tener tu compañía.