Capítulo 19: Mucho de que hablar

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En el comedor, Zed buscó a Amanda con la mirada. Siempre se sentaban juntos y era muy extraño para él no compartir la comida con ella. Se sentía el vacío y le dolía. Además, estaba preocupado por lo que acababa de pasar, temía que algo malo le sucediera a su compañera.

Cuando la divisó en la fila para buscar comida, se acercó a ella.

—Hola —le dijo, y descubrió que no sabía cómo comenzar esa conversación.

—Estoy ocupada —le respondió ella.

—Lo siento —se apresuró a contestar él, que lo que menos quería era molestarla—. Solo quería decirte que cualquier cosa que pase, yo...

—Puedo cuidarme sola. —Fue su respuesta.

—Lo sé.

—¿Entonces qué quieres?

Zed se dio cuenta de que no tenía mucho tiempo antes de que ella se irritara, por lo que decidió ir al grano.

—Amy... ¿Es verdad lo que dijiste? ... ¿Qué nunca me amaste?

Amanda se demoró unos momentos en responder, que a Zed se le hicieron eternos, hasta que finalmente le soltó:

—Tú me engañaste con Laly.

—No lo hice. ¿Hay algo que pueda hacer para que me creas?

Finalmente, Amanda hizo contacto visual con Zed, y después de meditarlo unos pocos segundos le respondió:

—Creo que sí hay algo. Quiero que pierdas las becas, Zed, haz eso por mí. Y aléjate de Laly para siempre. ¿Puedes hacer eso?

Zed levantó las cejas con sorpresa, pero como se demoró en contestar, Amanda simplemente le dijo:

—Piénsalo.

Y volvió a darle la espalda.

Zed se había quedado confundido sin saber qué responder a algo como eso, hasta que Toxia apareció para tomarlo del brazo y alejarlo de allí.

—Ven, hoy cenarás conmigo —le dijo, enojada.

—¿Qué te pasa? —la cuestionó Zed.

—¿No usas la pócima, pero vas y te autolastimas? ¿Qué te pasa a ti?

—Quería hablarle.

—¿Y qué te dijo? ¿Te sirvió de algo?

Zed pensó en las palabras de Amanda y su mirada verde volvió a ensombrecerse mientras se las contaba brevemente a su compañera.

—Aléjate de ella, ya dejó en claro que no te valora.

—La extraño —suspiró Zed—. ¿Qué puedo hacer?

—¡Nada! —los ojos violetas de Toxia lo miraban con una mezcla de preocupación y enojo—. Vamos a ganar estas becas y a demostrarle lo que vales. Nadie trata así a mi compañero de combates.

Zed pudo oler la ira contenida de Toxia.

—No le hagas nada —le pidió.

Toxia se sorprendió y cambió de inmediato su expresión, relajando su semblante, no se había dado cuenta, pero este tema la había sacado de quicio. No podía negar que estaba nerviosa por lo que había sucedido en las canchas de los combates.

—¿Qué crees que haya sido lo de la voz en los combates? —le cambió de tema a su compañero.

—Era una persona, claramente, pero estaba en modo invisible o algo así —respondió Zed—, era el mismo aroma de la otra vez, también en las canchas de deportes. Puedo decir que es un hombre que nos ha estado espiando.

Escuela de Villanos [1]: Los IniciosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora