Cuando el almuerzo terminó, los chicos se dirigieron a sus diferentes actividades, habría tiempo antes de que comenzara la Quinta Prueba, y debían aprovecharlo para prepararse.
Dafs se encerró en su habitación, necesitaba toda la concentración posible para trabajar en un nuevo prototipo de Arti, uno más resistente.
—No te preocupes, Arti —le dijo mientras lo desarmaba fingiendo operarlo en su escritorio—. Quedarás como nuevo y serás invencible.
Por su lado, Laly corrió a la enfermería para visitar a Zed. La atendió una enfermera y Laly se llenó de alegría cuando le contó que había mejorado y que ya no estaba allí.
—¿Y tienen idea de dónde está ahora?
—Debe estar con Alonso, el conserje, no podíamos dejarlo marchar solo, por razones de seguridad, y él vino a buscarlo.
Laly les agradeció y salió de la enfermería.
¿Dónde podía estar ese chico? Lo buscó por casi toda la escuela. Quería volver a verlo, escucharlo hablar, sonreír. La última vez que lo había visto había sido dormido en una camilla de la enfermería. Aunque, por otro lado, no quería encontrarlo, ella le había confesado algo muy profundo y Zed no había tenido tiempo de responderle, ¿debía volver a sacar el tema o esperar a que lo hiciera él? ¿Qué pensaría él al respecto? ¿Estuvo mal confesárselo? Sacudió su cabeza, ¿y qué? Era la verdad. No se lo había ocultado. Definitivamente quería verlo de nuevo sea lo que sea que Zed quisiera responderle.
Hasta que después de buscarlo tanto, lo vio. Estaba jugando con una pelota con Alonso en la plaza. Se la pasaban entre sí e intentaban quitársela mientras corrían por el pasto y se reían mucho. Laly se quedó un rato mirándolos enternecida hasta que Zed notó su presencia.
—¿Laly?
—¡Hola, Zed! —exclamó alegre ella, y él corrió a saludarla.
También se alegraba de verla sana y salva.
—¿Así que ella es Laly? —preguntó Alonso y se presentaron—. Mucho gusto, señorita —le dijo entonces el conserje.
—Perdón, no quería interrumpir —se disculpó Laly.
—No te preocupes, no interrumpiste —la tranquilizó Zed, cuando Laly lo miró mejor se dio cuenta de que estaba realmente lleno de pasto, en la ropa y en el pelo—. ¿Quieres jugar? —le preguntó divertido.
Laly aceptó la invitación. Alonso no pareció molestarse y continuaron jugando los tres. Jugar con Zed le recordó mucho a jugar con un cachorro, Alonso y ella se pasaban la pelota mientras intentaban que Zed no la obtuviera, luego improvisaron un arco donde se turnaron para ser arqueros.
Los tres reían felices. Zed se veía muy tierno jugando de esa manera, y divirtiéndose tanto con tan simple juego.
De pronto, Zed saltó sobre Laly para quitarle la pelota. Ella estaba desprevenida, y rodaron por el pasto. Se detuvieron justo cuando Zed quedó arriba de Laly, y por unos instantes, se quedaron mirándose. Laly hubiera deseado quedarse todo el día mirando esos hermosos ojos verdes, y esa sonrisa. Zed se veía mucho más lindo cuando estaba alegre.
Alonso interrumpió la escena quitándoles la pelota y tuvieron que ponerse de pie con rapidez para recuperarla. Laly nunca se había divertido tanto en su vida.
Luego Alonso tuvo que irse, debía continuar trabajando, su descanso había terminado. Zed y Laly se acostaron en el pasto, con las respiraciones agitadas de tanto correr, a mirar las nubes y empezaron a encontrarles formas graciosas. Se sentían muy bien juntos. Quizás el tema de la confesión de Laly podía esperar.
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Escuela de Villanos [1]: Los Inicios
AcciónHistoria destacada del mes de enero de 2020 en @SuperHeroesEs ~~~~~ En el Colegio Villano de Bald se preparan a los alumnos para ser los mejores de la Nación. Este año veremos a adolescentes con diferentes personalidades y poderes compitiendo entre...