I.

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Zhou Tzuyu, era una estudiante taiwanesa de veinte años que cursaba su tercer año de fotografía en la Universidad de Seúl. Aunque no se expresara mucho, estaba feliz de estudiar lo que más le apasionaba, ya que mediante la fotografía ella podía transmitir muchos sentimientos.

Llegó a su salón y tomó asiento en su banca, era lunes por la mañana por lo que no todos sus compañeros estaban ahí. Suspiró. Ansiaba que su mejor amiga llegara para no sentirse tan sola. Porque sí, a pesar de tener a su familia y amigas alrededor, ella se sentía sola como si algo le faltara, una pieza por completar. Y todo ello empezó desde hace un pequeño tiempo atrás.

Volvió a suspirar y recostó su cabeza sobre la banca, cerró sus ojos un momento hasta que alguien tocó su brazo.

—Yodita —Una voz aguda la llamó haciendo que levantara su rostro y abriera sus ojos. Sonrió al ver de quién se trataba.

—Hola, Chae. Me alegra que hayas llegado —Se sentó recta en su asiento y observó a su mejor amiga mientras se sentaba a su lado.

—Has llegado más temprano de lo normal, ¿sucede algo? —Preguntó con un tono de preocupación fijando su mirada en la menor—. ¿Te has desvelado de nuevo?

Tzuyu no respondió y sólo se limitó a asentir lentamente. No recordaba cuando es que había perdido el sueño hasta el grado de quedarse despierta toda la noche pensando, ¿o sí?
Vio a la profesora entrar al salón y optó por prestar atención o eso intentaría. Su mejor amiga Chaeyoung sólo la miraba de soslayo de vez en cuando, le preocupaba de cierta forma que su amiga no descansara y es que desde aquel trabajo fotográfico que encargó la profesora, Tzuyu había cambiado un poco; se había vuelto más pensativa y más cerrada de lo que ya era. Suspiró. No iba a presionarla a hablar, ya le diría lo que le pasaba o eso esperaba.

El día terminó normal para ambas chicas. A la salida se encontraron con sus demás amigas esperándolas.

—Hola, niñas —Una pelinegra de dientes prominentes le sonrió a las menores.

—Hola, Nayeon unnie —Respondió Chaeyoung con una sonrisa; Tzuyu imitó aquel gesto.

—¿Qué tal si vamos a comer al centro comercial? Jeongyeon dice que hacen un rico jokbal —Esta vez habló una rubia dejando ver una gran sonrisa al mencionar "jokbal".

—Yo paso —Tzuyu habló—. No dormí mucho anoche y sólo quiero ir a casa —Se disculpó con sus mayores y se dispuso a irse. Chaeyoung miró a las demás un momento y alcanzó a la menor para tomarla suavemente del brazo.

—Yodita... — La nombrada se giró y miró a su amiga—. Si quieres hablar, ya sabes que me tienes a mí para escucharte, puedes confiar en mí, ¿está bien? —Tzuyu sabía que Chaeyoung sólo se preocupaba por ella, después de todo eran mejores amigas. La menor sonrió y sólo asintió.

—Gracias, Chae —Se despidió de Chaeyoung y caminó hasta su casa.
En el camino pensaba en las palabras de su amiga; le tenía confianza a la mayor pero tenía miedo de cómo iba a reaccionar si le decía todo.

Llegó a su casa y subió a su habitación, sabía que sus padres no llegarían hasta en la noche. Se acostó en su cama mirando al techo y de nuevo su mente comenzó a recordar aquel día. ¿Cuándo había empezado ese martirio? ¿Cuándo había empezado a dudar de sí misma? Ah sí, fue cuando conoció a esa hermosa chica. ¿Hermosa? ¿Desde cuando pensaba así de una chica? Y ahí estaban de nuevo esas preguntas. ¿A ella le gustaba una chica? ¿Podía ser eso posible? ¿Por qué le gustaba una chica? A ella nunca le gustó una, es más, lo veía raro de cierta forma. Aunque nunca juzgó a ese tipo de personas, no cuando dos de sus amigas; Nayeon y Mina eran pareja y todos lo sabían. Pero, ¿ella? ¿Zhou Tzuyu gustando de una chica? Eso nunca se lo planteó, nunca lo vio posible, nunca en su vida. ¿Por qué le pasaba esto a ella? ¿Por qué esa chica tuvo que cruzarse frente a la lente de su cámara? Suspiró.

Se levantó de su cama y fue a su armario, sacó una pequeña caja, la puso sobre la cama y pensó un momento en abrirla. Volvió a suspirar. Cuando tuvo el valor, abrió la caja y lo primero que vio fue una foto; una de las fotos que tomó de aquella chica. ¿Por qué la había guardado? No tenía sentido. La tomó entre sus manos y se quedó observándola un momento. Su mente voló hasta ese día, esa tarde de verano cuando la conoció.

3 meses atrás.

Tzuyu se encontraba fuera de su casa, esperaba encontrar un lugar apropiado para tomar fotos, ¿la razón? La profesora les encargó un trabajo que valía el 90% de su calificación. "Todo lo que tienen que hacer es tomar muy buenas fotos" Esas fueron las palabras de su profesora, aunque sabía que había más entre esas palabras y era que tenían que tener un concepto claro de sus fotos, no divagar tanto y ser creativos. Lo bueno de todo era que tenían todo el verano para ello.

La taiwanesa observaba cada lugar por el que caminaba, pensaba que sería fácil, después de todo era verano, había flores y el sol estaba a todo su esplendor pero no era el concepto que ella quería. ¿Qué concepto quería? Ella tampoco lo sabía, no tenía inspiración, estaba bloqueada mentalmente. Un suspiro de frustración salió de sus labios y se sentó en una banca de un parque, observó a su alrededor y simplemente no se le ocurría nada.

Optó por dejarlo ese día, se estaba resignando a que no saldrían ideas de su cabeza, así que empezó a tomar fotos al azar con la esperanza de que la inspiración llegara a ella. Tomó fotos de varios edificios, del parque donde se encontraba, capturó a un par de ardillas mientras se perseguían; debía admitir que esa foto le gustó mucho. Y así llevó gran parte de su tarde, tomando foto tras foto y nada la inspiró.

Llegó hasta la orilla del río Han y observó un momento, tomó su cámara y empezó a tomar fotos, unas buenas, otras malas según su perspectiva. Miró el atardecer, era un bonito panorama, tomó foto de la puesta de sol hasta que su cámara captó a una chica parada cerca del río. Tzuyu se le quedó mirando a través de su cámara y dio un clic. Miró la foto y le pareció perfecta; la chica de perfil y al fondo el atardecer. No esperó más y siguió tomando fotos de aquella muchacha, automáticamente la inspiración llegó a ella.

De vez en cuando aquella chica volteaba y fingía tomar fotos hacia otra dirección, no quería que se asustara. No supo cuánto tiempo pasó capturando la belleza de la chica y el paisaje pero cuando terminó, se recargó por el barandal observando todas las fotos que había tomado, le parecían muy decentes, ahora sólo tenía que pensar cómo llamarle a su concepto.

Estaba tan distraída mirando las fotos de la joven que no se dio cuenta cuando alguien se le acercó.

—Espero una paga por ser la modelo de tus fotos —Tzuyu se tensó al oír aquellas palabras de una voz femenina. Rápidamente ocultó su cámara y levantó su mirada.

Era la chica de sus fotos.

♡ You're The Best Photo I Captured | JITZUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora