VI.

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Se sentía extraña caminando de la mano de una chica y más de la chica que le robaba sonrisas. Pero es que simplemente no podía evitarlo, aquella chica le hacía sentir cosas que jamás pensó que sentiría y menos por una mujer. Se planteaba su vida nuevamente, ¿será que siempre le gustaron la chicas? Tal vez sí y no quería aceptarlo. Tal vez sólo tenía miedo de aceptarlo. De nuevo estaba metida en sus pensamientos y Jihyo notó ello.

—Tzuyu, ¿estás bien? —La nombrada salió de su trance y miró a la castaña. Tenía que ser sincera con ella. Se detuvo y se puso frente a Jihyo, sin dejar de mirarla a los ojos.

—Tengo que sincerarme contigo —La castaña sólo asintió con un poco de miedo en su mirada—. Yo...yo nunca he salido con una chica ni con nadie en mi vida, no sé qué se hace en una cita, no sé cómo debo actuar —Jihyo sonrió—. Desde que te conocí aquella vez, me he cuestionado a mí misma sobre muchas cosas. Actúo por impulso, no pienso muy bien lo que hago aunque no me arrepiento porque por ello, te conocí —Bajó la mirada y soltó un gran suspiro para continuar—. Creo que me gustas... —Jihyo se sorprendió por aquellas palabras, no sabía qué decir—. Yo sé que es muy pronto para ello, poco nos conocemos pero desde que te vi... —Volvió a mirarla a los ojos y le dedicó una pequeña sonrisa—. Desde que te vi, no he podido dejar de pensar en ti. Después te perdí de vista y ahora que volví a encontrarte, me siento feliz.

Jihyo simplemente no podía decir nada, había pasado ¿qué? Dos días desde que se volvió a encontrar con Tzuyu y esta ya le decía aquello. Pero, ¿qué sentía Jihyo? Debía admitir que desde que vio a Tzuyu le había parecido una chica muy linda y bonita. Sus ojos eran hermosos, su piel canela también, su sonrisa era tímida pero preciosa. Le gustaba por demás que fuera más alta que ella pero no estaba muy segura de sus sentimientos.

Tzuyu notó lo pensativa de la contraria y se arrepintió por hablar de más.

—Yo...perdón por decirlo así, Jihyo. No es necesario que yo te guste también —Le dedicó una calida sonrisa a la mayor y volvió a retomar el camino, nunca soltó su mano.

Llegaron a un parque y se sentaron en una de las bancas, había un silencio un tanto incómodo. Tzuyu pensaba que había arruinado todo y Jihyo, ella pensaba en las palabras de la más alta.

—Tzuyu... —No terminó sus palabras porque la interrumpió la contraria.

—Jihyo, yo de verdad lo siento. No quise incomodarte con mis palabras es sólo que...soy nueva en esto de que me guste una chica —Se giró para ver a la castaña y continuó—. Nunca llegué a pensar que me gustara una chica pero apareciste tú y me hiciste cambiar de opinión. Desde aquel día que te conocí, me gustaste mucho, eres hermosa y todos estos meses me la viví pensando en ese día. Hoy acepté que realmente me gustas, no quería pensar en el hecho de ver a una mujer con otros ojos pero tú me haz hecho que lo acepte y no me desagrade. Es muy estúpido, nos conocemos hace dos días pero siento como si te conociera desde hace mucho —Una mueca se formó en sus labios y bajó su mirada.

Jihyo estaba estática, todas esas palabras le habían parecido lindas. No se resistió y abrazó por el cuello a la menor.

—Gracias por decirme eso —Habló cerca del oído de la taiwanesa y apretó aquel abrazo. Tzuyu no supo reaccionar y se quedó así, sin hacer nada pero disfrutando del contacto ajeno. La castaña se separó y la miró nuevamente—. Veamos que sucede, ¿si? Quiero conocerte más —Tzuyu asintió con una sonrisa y Jihyo la volvió a abrazar.

Así se quedaron unos minutos hasta que una gota cayó por el brazo de la coreana, se separó del abrazo y las gotas aumentaron. Rápidamente tomó la mano de Tzuyu y la jaló para correr hasta encontrar un lugar donde resguardarse del agua; su única opción fue debajo de un cartel.

♡ You're The Best Photo I Captured | JITZUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora