CAPÍTULO 13 "No quiero chocolates"
Tenía toda la mañana tratando de decidirme por mi nuevo terapeuta, no podía quejarme puesto que tenía varias opciones, pero cualquier currículum al lado de la doctora Jones era obsoleto eso sin contar lo agradable que ella era a la vista...
- ¡Desde hace una hora te estamos esperando en la piscina! ¿qué haces aquí? - ella había entrado a la cafetería empapada y en bikini, bajo sus pies ya se había formado un charco de agua. - ¿Qué es más importante? - pregunto exasperada y temblando.
- ¿Elegir a mi nueva terapeuta? - pregunte obvia
-Hay por dios... es obvio... tiene que ser Jones, si ella no está, tiene que ser él... es decir son los únicos que tienen club de fans aquí adentro, cualquier persona aquí moriría porque ellos los atendieran, pero no todos tienen manera...pero tu nena... tú puedes. - ella tenía la razón, los precios por sesión hacían la diferencia entre ellos y los demás, supongo que era por algo, aún el cinismo y clasicismo de Ferni me disgustaba.
-Estamos hablando de un terapeuta, no de un pedazo de carne.
-Lo sé, yo solo digo la verdad, ellos son los mejores, todos lo saben y además son muy sensuales.
-Pero él es de adicciones, no soy una adicta... - Es verdad él es de adicciones, acaso Ferni...
-No te preocupes él de seguro sabe hacer de todo... - argumento obviamente con doble sentido, pero ella tenía razón... quién más podría ser...
Esa noche nos escapamos como de costumbre, aprovechando la ausencia de la doctora Jones, Ferni había prometido liberar mi celular de su consultorio, ella parecía más entusiasmada que yo... francamente no le veía el caso, no podía llamar a mi padre desde mi móvil porque se daría cuenta de que me brinco algunas reglas, pero es que a ella era mejor no darle la contraria.
Cuando entramos a su consultorio nos dispersamos, Joseph buscaba alcohol, Ferni mi celular y yo me quedé ahí parada recordando como me había abrazado aquel día, fueron segundos, pero solo en esos instantes dejé de sentir ese hueco, esa soledad, es como si ella lo cubría todo, quería volver a verla, quería volver a sentirla así de cerca, lo necesitaba...
-Yo voy a agendar primero mi número, dame eso. - dijo entusiasmado arrebatando de las manos de Ferni mi móvil, él abrió mi agenda y me miró ¿Es nuevo? - negué con la cabeza - Solo tienes... - paso saliva- a tu padre de contacto - me sentí tan patética que solo bajé la mirada.
-Bueno, ahora tendrá uno que vale por mil - dijo Ferni tomando de vuelta mi móvil anotando el suyo. - Era verdad ella valía por mil y ese idiota loco también.
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Habían dicho que solo se tomaría una semana, pero ya habían pasado dos y la extrañaba, me preocupaba que no volviera, pregunte un par de veces al doctor Jones por la doctora y se limitaba a decirme que desconocía la fecha de su regreso ¡Que imbécil! ¡Es su hermana por dios!
Esos días habían sido algo locos, y la noche anterior de descubrimientos. Alrededor de las 12 de la madrugada Joseph paso por mi habitación, charlamos un poco y decidimos ir a la habitación de Ferni, debimos saber que no era buena idea ir sin invitación, tocamos un par de veces, ella ya había nos había dicho que si no atendía, pasáramos y la despertáramos ya que tenía el sueño pesado. El problema fue que ella no estaba dormida y el guardia tampoco... estaban en una posición interesante... y de pronto entendí cómo es que salíamos libres por las noches y teníamos las llaves. Ferni nos vio ahí parados estupefactos, solo contemplando su flexibilidad y ella abrió los ojos como platos, pasada su primera impresión obviamente se partió de risa, no pude evitar hacer lo mismo, Joseph por su parte salió de ahí como si hubiera visto al diablo, al seguirlo me di cuenta de que no estaba asustado, él estaba llorando, la amaba desde el momento en que la vio, las botellas que robamos del consultorio de la doctora Jones había sido su consuelo, tomamos por ella y... por ella, cada quien por su imposible, su secreto, ese había sido mi otro descubrimiento... ella era mi imposible y mi secreto, yo la miraba diferente, por fin esa noche lo acepte.
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PETRICOR
RandomUna mente enferma lo único que necesita es un tratamiento psicológico, pero para una psicóloga loca solo se necesito de una hermosa adolescente. Rebeca Jones reconocida psicóloga de 35 años entro en la vida de Asia Echeverri cuando apenas tenia 17...