REBECA
Mi destructiva e irreverente paciente, me tenía de nuevo esperando, tenía una enfermera que prácticamente hacia todo por ella, incluso me atrevía a apostar que la vestía y aun así no era capaz de llegar a ninguna sesión a tiempo, estando a tan solo un edificio de distancia.
- ¡Jones! ¡Buenos días! - Saludo con alegría como si no llegara 30 minutos tarde en una sesión de 45 minutos.
-Buenos días señorita Guz, que placer tenerla aquí, pensé que no vendría. - dije tratando de disfrazar mi molestia.
-Soy incapaz de fallarle... - dijo con cinismo tomando asiento frente a mi cruzando la pierna.
- ¿Porque haces esto? te saboteas a ti misma, así jamás vas avanzar, de hecho, estas retrocediendo. - levanto una ceja y sonrió, como si me estuviera retando o le importara muy poco lo que yo tuviera que decir - ¿Quieres perder privilegios? - pregunte y fue ahí cuando reacciono.
- ¿Yo me saboteo? ¡he mejorado considerablemente! ni una sola rabieta o cambio de ánimo, ni un ataque de ansiedad o abstinencia, no he maltratado a nadie ni destrozado nada, lo sabe ¿Privilegios dijo? ¿Cuales? Si ni siquiera me deja tener visitas.
-Claro que tienes visitas. - la contradije de inmediato fingiendo no saber a lo que se refería.
-Por favor... - amenazo con la mirada - Deje de fingir que no sabe a lo que me refiero y mejor dígame ¿por qué?
-Si te refieres a la señorita Echeverri... la última vez que ustedes se vieron fue... una situación bastante delicada, no creo que sea sano y productivo un encuentro entre ustedes, ahora mismo ambas están estables.
- ¿Así que estoy estable? ¿y porque no me ha dado el alta?
-Porque no estas lista, es la tercera vez que recaes en las drogas, prefiero que esta vez seamos más cautelosos, por tu bien. - los ojos de la chica se llenaron de lágrimas, era la primera vez que Guz se mostraba vulnerable.
-Estoy cansada de estar aquí- confeso - deje que venga... - insistió y tuve que respirar profundo para no manifestar lo mal que llevaba su interés por ella.
- ¿Porque tienes tanto interés en ella? - Pregunte como si fuera una pregunta más.
-Porque ella es mi única amiga. - soltó con tristeza, la chica a veces me daba pena era "la clásica pobre niña rica"
ASIA
Las clases de francés, mi chófer y la seguridad no habían impedido nuestras románticas escapadas, mi padre ni siquiera hablaba con ellos, ni limitaba mi tiempo, no rendía cuentas de nada, supongo que era fruto de ganar su confianza, así que yo seguía con mi rutina diaria, iba y venía de su casa, obviamente sin evadir mis responsabilidades, Pero esa tarde cuando mi padre regreso a casa soltó una bomba que arrasaría nuestras vidas para siempre, fue una de las tardes que recordaría el final de mis días como la raíz de todo lo que se jodería.
Las clases de francés no eran para simples viajes vacacionales a Francia, mi padre había decidido mudarse a Francia desde hacía tiempo, pero no sabía cómo decírmelo. Esa tarde lo hizo. Hice una rabieta digna de castigo y aunque mi padre se veía sumamente preocupado no parecía querer ceder, su solución fue traer a mi terapeuta hasta mi habitación, que por cierto estaba hecha un desastre, en medio de mi rabieta había roto algunas cosas.
- ¡Es que no es justo! ¡No me pienso ir Eva! - solté vuelta en llanto, mientras ella me miraba sentada desde el sillón de cama.
- ¿Porque no? - pregunto como si realmente no lo supiera.
-Tú sabes porque... - dije mirándola a los ojos y ella me hizo una seña para que me sentará junto a ella, negué con la cabeza. - se lo que piensas de lo nuestro, pero la amo.
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PETRICOR
DiversosUna mente enferma lo único que necesita es un tratamiento psicológico, pero para una psicóloga loca solo se necesito de una hermosa adolescente. Rebeca Jones reconocida psicóloga de 35 años entro en la vida de Asia Echeverri cuando apenas tenia 17...