CAPÍTULO 62 "Por ti "

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Me lave la sangre en el mar y contemple la idea de dejarme llevar por la marea, sin embargo, aunque ella ya no me amará sufriría por mi muerte y la de su padre, no era tan egoísta como para dejarla tan sola en este mundo, así que soportaría la agonía de una conciencia podrida.

Cuando llegue a casa llamé a Michel, sin importarme cuánto me dejara en evidencia...

- Necesito que vayas a casa de Asia y cuides de ella hasta que despierte, no te apartes de su lado...llama a Eva, ella sabrá que hacer. – colgué sin más, para evitar sus cuestionamientos.

En menos de 2 horas Michel me llamaba de vuelta para avisarme que mi esposo había fallecido, me contó la forma en la que Eva se lo había dicho a Asia y se me partió el alma, cada detalle narrado me torturaba, me destrozaría verla así, pero tenía que enfrentarlo, así que conduje de nuevo a la casa del terror. El portón que guiaba al sendero de la casa estaba lleno de periodistas y guardias locales. Cuando me identifique como la viuda ante los guardias me dejaron pasar, podía ver desde lejos varias patrullas rodeando la casa y varias personas entrando y saliendo de la casa.

Cuando entre todos guardaron silencio, se acercó un guardia y me explico la manera en la que habían encontrado el cuerpo de Armando, me dieron las condolencias y la amenaza de que más tarde sería interrogada, cuando por fin me dejó en paz comencé a notar las caras conocidas, estaba Iris, los señores Guz, incluso mi hermano y mi padre, todos se acercaron con la intención de consolarme, pero a mí solo me importaba una sola cosa.

- ¿Dónde está? - pregunte aun aturdida por el tumulto.

- Está arriba con Eva y con Michel. Está destrozada. – respondió iris con la mirada cristalizada.

-No quiere hablar, ni ver a nadie. – La señora Hansel me advirtió desde las sombras del pasillo. -Sin decir nada e ignorando sus palabras, subí las escaleras.

La imagen de una Asia destrozada, con el rostro pálido y los ojos completamente hundidos...tan perdida...es una imagen con lo que viviré toda mi vida. Eva y Michel se pusieron de pie al verme, Asia me miró y para mi sorpresa también se puso de pie para correr a mis brazos, la sujete con fuerza y abrace todos sus dolores, ellos se marcharon y nos dejaron a solas, la acompañe hasta el último día llorando a su lado, sintiéndome miserable a cada instante...sus gritos y sus arrebatos, la manera en que quería lanzarse a la tumba junto a su padre mientras lo sepultaban, me hacía arrepentirme de no haberme dado un tiró después de dárselo a él.

Después del entierro volvimos a casa, se había preparado una cena en agradecimiento a las personas que habían asistido a los servicios funerarios.
Asia permanecía en silencio la mayor parte del tiempo, y cuando me acercaba no me rechazaba, pero tampoco me aceptaba del todo, sería capaz de pactar con el diablo el alma que me quedaba, solo para saber que pasaba por su cabeza.

Después de las 9 de la noche todos comenzaron a despedirse, pasaban primero con Asia y después conmigo. El señor y la señora Guz se acercaron con ambas a la vez.

- Tú padre se convirtió en un amigo para mí, yo jamás voy a dejar de cuidar de ti, cualquier cosa que necesites no dudes en llamar. - dijo el señor Guz mirando de manera fraternal a Asia.

-Yo solo quiero ver a Ferni. - soltó sin más.

- Cariño lo sé, pero ahora mismo ella no es la mejor compañía, no necesitas más problemas ahora.

-¡Ella no es un problema! - gritó furiosa sorprendido a los señores Guz.

-Lo siento ella está... - la disculpé de inmediato.

- Está bien, es entendible. - soltó la señora Guz con pena, la miraba con la compasión que jamás vi en los ojos de su madre, aún con eso se acercó a ella apenas los Guz se fueron.

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