Se conocieron en Paris, Jazmin compaginaba su carrera de artes plásticas con historia del arte. Helena por su lado estudiaba artes escénicas. Se vieron por primera vez en un festival universitario y al instante quedaron flechadas, surgiendo entre ellas una atracción especial que influenciada por el alcohol acabaría si contención en la habitación de Jazmin. Desde ese día se mantendrían unidas hasta terminar sus carreras y volverse a la Argentina, para desarrollarse como profesionales, casarse y tener familia. Las dos compartían la idea de ser mamas por esa razón Helena acepto la propuesta de matrimonio hecha por Jazmin a dos años de conocerse; petición que le hizo en el campus de la universidad lugar que se había convertido en ese espacio mágico donde permanecer llenándose de amor, experiencias y sueños por realizar.
A los pocos meses de llegar a Buenos Aires, Jazmin consiguió laburo en un museo como restauradora. Helena tras presentarse en un casting obtuvo el papel principal en un musical que la llevaría a recorrer varias ciudades del país durante algunos meses, está situación provoco en Jazmin cierta frustración pero se convenció de que nada podría empañar la felicidad que ambas sentían, la buena fortuna les sonreía; se decía para sí que esta nueva etapa las fortalecería aún más como pareja. Pasado un tiempo empezó a lidiar con las ausencias largas por el trabajo de Helena y sus momentos de compartir se volvieron pocos, ya sólo esperaba sus llamadas y le asombraba saber más de su esposa por los medios y las redes sociales. Jazmin invertía su tiempo entre el museo y sus hermanos mellizos menores que ella, Leonardo que estudiaba medicina y su hermana Miranda modelo que vivía entre pasarelas, hoteles y aviones, a ambos los adoraba y siempre los alentaba a perseguir sus sueños.
Su incondicional Amiga Carla, fotógrafa, divorciada y madre de Sebastián de siete años de edad la mayor debilidad de Jazmin. Se conocieron en el colegio y fueron cultivando su amistad con el paso del tiempo, compartían todo y se mostraban como un libro abierto la una para la otra. Jazmin amaba pintar y acondiciono una habitación en su apartamento donde en sus ratos libres que eran muchos por la ausencia de su pareja, despertaba su creatividad explorando diversos estilos y movimientos, siempre acompañada de una copa de vino y buena música, preferiblemente aquella que la motivará y le impidiera sucumbir en la tristeza. Absorta en su mundo creativo Jazmin no escuchaba su teléfono sonar, al levantarlo y contestar oyó la voz de Carla al otro lado.
─¡Ey Jaz! Ya me estaba asustando ¿Estas bien?
─¡Sí lo estoy! Discúlpame, estoy pintando ya sabes cómo me transporto ¿Qué onda vos? ¿Y Sebas?
─Estamos bien, te llamo para decirte que nuestra tarde de café se retrasará una hora.
─¿Por?
─Tengo una reunión de último momento con un cliente pero no creo tardar más de ese tiempo.
─Tranqui, quien llegue primero espera-
─Obvio, te veo en el bar.
─Dale, te quiero Carlita.
─Yo a ti.
Faltaban dos horas para ese encuentro acostumbrado, cita semanal que cumplían sin falta desde que Jazmin había regresado de Paris. Fueron seis los años que se vieron poco y hablaron mucho, Carla siempre sintió el apoyo incondicional de su amiga cuando su matrimonio acabo en malos términos haciéndola caer en una profunda depresión, por eso Jazmin estuvo allí sosteniéndola, llorando y viviendo su dolor como propio. Terminaba de organizar sus materiales e instrumentos de pintura y dejo su cuadro aún sin terminar cubierto, cuando la asalto una pregunta.
─¿Estaría cerca el final de mi relación con Helen? ─sacudió su cabeza para borrar ese pensamiento y se fue a su cuarto para ducharse y vestirse.
Ya en el bar Habitual y luego de abrazos y besos se sentaron a charlar en medio de dos cafés y dos media luna. Carla le pregunto por Helena y al ver la cara de tristeza que le mostro su amiga, tomo su mano entre las suyas.
─Jaz, sabes que el amor necesita de dos personas para balancearse y encontrar su equilibrio, yo no veo que en tu relación con ella este exista.
─No, no Carlita, es sólo una etapa, yo la amo y no quiero ser un obstáculo en su carrera ni en sus sueños. ─ se apuró en contestar.
─Ay amiguis, me duele tanto verte así, dándole hasta lo que no tenes ¿Y vos qué? Perdóname pero sos ─Jazmin la interrumpe haciendo una señal de que pare con su mano.
─Yo sé que a tus ojos puedo parecer una pelotuda, que entrega todo sin esperar nada a cambio. Sé también que vos me queres y te preocupas por mí situación, cosa que te agradezco un montón ─su amiga quería hablar pero Jazmin continuo diciendo ─pienso que necesitamos tiempo para que se vuelvan a encauzar las aguas.
Carla la miraba a Jazmin y no podía entender ni creer que su amiga, la mujer decidida, independiente, extrovertida, aquella que se aventuró a irse a Francia con la convicción de aprender a tan temprana edad sobre otra cultura, otro idioma, dispuesta a vivir cualquier circunstancia le estuviera diciendo y hasta justificando la actitud de su pareja para con ella; definitivamente Jazmin amaba a Helena sobre todas las cosas.
─Jaz, convives con la ausencia y unas cuantas llamadas, no quiero imaginarte en un futuro llenando tus espacios con sus recuerdos. ─agregó Carla reflexionando.
Las palabras de su amiga asustaron a Jazmin y más que reflexionar pensó que eran una gran verdad; su relación se había convertido es eso llenar ausencias con recuerdos y quizás aferrarse a la idea de dejar que el tiempo hiciera su trabajo sería pretender ser muy optimista. La ilusión del primer amor comenzaba a ser una incertidumbre.
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El destino tiene otros planes (Completa)
FanfictionDespués de sufrir por un amor que sólo alimento su soledad, Jazmin concentrara su vida en sus dos pasiones: su hermosa hija y la pintura. Flor aprenderá que su prioridad en la vida será valorarse y dejar atrás una relación donde la infidelidad era...