XXVII

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Yo no escribo para
llenar mis vacíos,
lo hago para aplacar
mi desesperanza,
mi rabia,
mis dudas,
mis inquietudes,
para desaparecer
entre montones
de líneas
manchadas de tinta,
entre una nube
de sudor artístico,
tu nombre y el mío,
entre el biógrafo
y el papel.

Escribir con rabia
es una buena manera
de cobrarle al reloj
todo el tiempo
que nos robó
mientras nos
mantuvo en esclavitud
de las falsas ilusiones
y promesas inconclusas.

Poesía,
dolor y odio...
en ese orden,
gracias por hacerme
sentir tan viva
como un fénix recién
resurgido de sus cenizas.

EfímeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora