De las distancias a las penas

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Cada lágrima que trazó
mi rostro
fue una cicatriz.

Cada madrugada
llena de insomnio
fue un silencio lleno
de gritos mudos.

¿De dónde emanas tanto poder?
¿Quién te lo ha otorgado?
¿Cómo puedes
derrumbarme
con tanta prestancia?

He de confesarte
que me apetece una
respuesta tan espontánea
como certera,
aunque ésta solo sea tu
ultimátum.

EfímeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora