Nos ha elegido

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La poesía nos condena a salvarnos
mientras nos herimos
implacablemente.

La poesía nos otorga treguas
desganadas de palabras discordantes
y guerras frías de amores no correspondidos.

La poesía nos enseñó que
el engaño está dentro,
en el cajón del fondo de la habitación,
ese que nunca quisimos mirar
pero que siempre estuvo ahí.

La poesía es puño,
letra y añadiduras.

La poesía nos habló sobre
el placer de hacerla nuestra,
pero omitió advertir sobre
las quemaduras inmortales
de los versos que se negaron a morir.

La poesía nos muerde,
desgarra y desangra a placer.

No nos ofrece cura,
pero nos provee de dosis
analgésicas para hacernos inmunes.

Ni de lejos tenemos
el poder de elegirla como verdugo.

Ella siempre estará
por delante de nosotros.

Ella nos mira,
se ríe y continúa.

Ella nos ha elegido.

EfímeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora