YoonGi suspiró, cerrando su portátil sin mucha fuerza. Quitó sus lentes de lectura y fregó sus ojos con frustración.JiMin dijo:
—Supongo que no fue muy bien.
YoonGi levantó la mirada y no respondió, sólo se limitó a ver la cara serena y dormida de su hija en brazos de su amigo. Ella respiraba muy tranquilamente, siendo resguardada con ternura en el abrazo de uno de sus padrinos.
—No —YoonGi habló—. Reprobé.
Él le dedicó una expresión comprensiva.
—¿Qué harás entonces? —JiMin murmuró, siendo cauteloso con las palabras.
Con la vista aún en su pequeña hija, YoonGi respondió:
—Lo dejaré. Dejaré de estudiar.
—YoonGi…
—Buscaré un trabajo y esperaré a que JungKook se gradúe de la Academia. Además, EunJi será mayor y podrá ir a una guardería. Entonces lo intentaré una vez más.
JiMin se paró. Él caminó y se plantó frente a YoonGi.
—¿Es eso lo que quieres?
Aunque titubeante, él respondió:
—No se trata de lo que yo quiero. Se trata de lo que es mejor para mí, para EunJi y para Kookie.
Resoplando, JiMin volvió a su lugar. Su ceño estaba fruncido.
—No es justo que tú debas estar aquí, cuidando de Eunnie y renunciando a la idea de estudiar, mientras JungKook no aparece en semanas y apenas puede ayudarte con ella.
—Reprobó su examen físico. Por eso no pudo venir los últimos dos fines de semana.
—Aún así. —La mirada de JiMin era, claramente, una de incredulidad—. Soy yo quien te está viendo renunciar a lo que querías. Y no me malinterpretes, yo adoro a esta pequeña como no te imaginas, y no dudo que ustedes lo hacen el doble, pero SeokJin y JungKook deberían haberte dejado… —dudó—. Ellos no tendrían que… Tú sabes...
YoonGi aclaró su garganta. Sus ojos estaban más que serios, y su voz dura fue reflejo de ello.
—Las cosas pasan por una razón, JiMin. Y ya está. Veo a la niña que está en tus brazos, hija mía y de JungKook, y de sólo pensar en que siquiera consideré aquello me enferma.
JiMin suspiró rendido.
—Entiendo —dijo bajito—. De cualquier forma, tienes razón. Todo pasa por algo. —Cerró los ojos unos segundos y añadió—: La tía de HoSeok tiene una florería y ella está algo vieja ya, así que ha estado descuidada. Hablaré con ella, podrías trabajar pocas horas, ganar un sueldo aceptable y llevar a EunJi contigo.
YoonGi sonrió.
—Gracias.
JiMin le devolvió la sonrisa.
—No necesitas agradecer, sabes que haría lo que esté a mi alcance para ayudarlos. Aún si JungKook es un…
El vibrar del teléfono lo interrumpió.
YoonGi se levantó de su silla y tomó a la niña entre sus brazos, dejándole vía libre a su amigo para que pudiese revisar su celular. JiMin se la entregó, aunque algo sorprendido por recibir un mensaje tan tarde.
Su entrecejo se frunció.
—¿Quién es? —YoonGi preguntó, preocupado. Estaba inconscientemente balanceando a EunJi intranquilo.
—Tae… —JiMin lo miró—. Es JungKook. Es sobre JungKook.
Sin perturbar su expresión, YoonGi sintió un sobresalto dentro suyo.
—¿Qué?
—Al parecer tuvo un colapso.