Canta la noche, las tinieblas y penumbras;
silba despiadado el viento,
tantas veces confundido,
en callejones, siempre inquieto,
entre silencios, vagan sin cesar.
Enjaulados, toman forma de recuerdo.
Nada sobra y sobre nada, nada queda,
y hace falta una vida nueva,
y hace falta una vida entera para volver a empezar.Rojos, negros, grises;
Ojos tan cansados se cierran una y otra vez,
blancos y pálidos, renuentes al encierro,
resignados y enterrados en el viento, dejan de soñar.
Cada paso es un comienzo
y en cada comienzo, comienza un nuevo final;
el final de un reencuentro eterno y desalmado,
en que la noche, el viento y el silencio
reavivan incansables sus deseos de matar.