Así fue que se fue:
A plena luz del día,
con el Sol bien puesto a mitad de cielo,
se evitó el tráfico de porquería,
se evitó el desvelo,
y nos dejó la mitad del desayuno sin comer,
porque ya no comía.
Nunca más la volví a ver
y es que se fue solo con pasaje de ida
me dejó algunas fotos para recordarla,
algunos cuentos para dormir,
muchas propinas a escondidas
mil razones para vivir
y la dicha de nunca poder olvidarla.
Así fue que se fue:
Un sábado a medio día, abrió la puerta de la salida
y sin cartas de despedida no volvió jamás.
Y aunque les suene mal, me alegró mucho que lo hiciera
ya era tiempo de que se fuera, aunque le duela a quien le duela,
aunque haya sido mi abuela, porque a ella le dolía más.
A Victoria.
"La Inmortal"
